La diputada federal, que busca disputarle la dirigencia nacional a Alito, advirtió que expulsará a los integrantes que han traicionado los estatutos del partido.
Aficionada al box, la veracruzana Lorena Piñón Rivera decidió subirse al ring para disputarle la dirigencia nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a Alejandro Moreno Cárdenas. Pero ante el control que Alito ha demostrado tener de los órganos internos del partido, la diputada federal deberá demostrar que su postulación es real y no solo en calidad de sparring.
¿Qué les responde a quienes han dicho que su candidatura es una comparsa para legitimar el proceso interno, pero que en realidad ya está decidido el triunfo de Alejandro Moreno?
Por supuesto, rechazo categóricamente estas afirmaciones. Es realmente lamentable que se intente deslegitimar mi candidatura con especulaciones infundadas. Mi registro como candidata a la presidencia nacional del PRI es el resultado de mi propia trayectoria, mi visión y mi compromiso con el partido.
Desde niña iba a recorrer los mítines con mi abuelita, ella era líder seccional del PRI y me inyectó ese amor por mi país y por mi partido. Entonces, escuchar o leer ese tipo de comentarios, lo único que me dejan claro es que, como mujeres, debemos seguir rompiendo techos de cristal.
De 40 años, sobrina-nieta de Vicente Lombardo Toledano, Lorena Piñón participa por segunda vez en una carrera por la presidencia del partido. La primera ocurrió en abril de 2019, cuando contendió contra el propio Alito Moreno, Ivonne Ortega y José Narro Robles.
Más curtida en las batallas partidarias, la originaria de San Rafael, Veracruz, sostiene que en caso de encabezar el Comité Ejecutivo Nacional del tricolor, lo primero que hará es “fumigar” al partido.