Un chequeo ordinario con especialistas desde la juventud puede evitar enfermedades, prevenirlas y tener tratamientos oportunamente en el género masculino.
Un invierno de hace dos años, Antonio Herrera, un joven de 29 años, exploraba su cuerpo y detectó una protuberancia en sus órganos sexuales, se sorprendió mucho, porque sabía que era algo que no era normal que estuviera ahí, porque estaba pegado por dentro en su piel.
"Muchas cosas pasaron por mi mente y fui al urólogo al día siguiente, hice la cita, fui, le expliqué, y me dijo que podía ser un absceso de grasa, rápidamente se dio cuenta que no era grasa, sino que era una tumoración, así que me envió a que me hiciera una ecografía".
"Acudí a realizarme el eco, la doctora puso gel en una como paleta y lo pasó por mi testículo y lo vimos en la pantalla y la doctora vio que ese tumor que aparecía, tenía circulación sanguínea, o sea que sí era carne o músculo o algo; regresé con el urólogo y vio los estudios y me dijo que era un tumor, entonces me dijo sobre los análisis que tenía qué hacer y durante este proceso, mi mente se aceleraba y creo que fue cuando más maduré o se me desarrolló la personalidad", narró Antonio.
Desenlace. Solo, sin decir a su familia, Antonio se hizo todos los exámenes que le indicó el médico y con los resultados en mano, entonces sí, le comentó a su mamá de lo que pasaba pues tenía dos opciones, que acudiera a tomarse una biopsia para analizar el tipo de tumor que era y ver si se podía con tratamiento deshacerla o la otra alternativa era extirparle el testículo afectado.
Antonio optó por lo segundo, que era rápido, seguro y menos costoso.
Un día entró determinado al quirófano, era una medida drástica, pero la necesitaba por su salud y, al salir, siguió su vida normal.
Luego de que analizaron el tumor que le sacaron de sus genitales y lo enviaron a analizar, el especialista, un oncólogo, le dijo que era un tumor germinal y que, aunque avanzaba lento por su cuerpo, sí era de los que afectaba a varios órganos o se ramificaba, por ello, estuvo bien retirarlo y que lo había detectado muy oportunamente.
Antonio está seguro de sí mismo, sabe y los mismos médicos le dijeron, que en nada afecta su reproducción el contar con un solo testículo y tampoco debe haber problema con sus relaciones íntimas con otra persona, de cualquier manera, él se cuida en la alimentación y hace ejercicio para mantener los niveles de tetosterona adecuados.
Expertos. El cirujano urólogo Aldo Alberto Méndez , explicó que, así como las mujeres tienen sus chequeos ordinarios sobre prevención de cáncer de mama y cervicouterino y sus revisiones ante el ginecólogo, así los hombres deberían acudir más a chequeos de rutina como medida preventiva.
El urólogo es el especialista que trata sobre las vías urinarias, el riñón, uretero, vejiga y uretra que van a través del pene y genitales externos masculinos, escroto y testículos y observa pacientes de todas las edades.
Méndez destacó que la visita con el urólogo debe comenzar en la adolescencia y deberían acudir una vez al menos durante la adolescencia para enseñarles la autoexploración testicular.
El médico explicó que no es otra cosa más que tocar los testículos hasta que el cerebro haga una memoria de la forma y ellos puedan detectar cuando hay alguna anormalidad en su tamaño y puedan acudir a consultar oportunamente. Otra enseñanza es la higiene personal, "porque muchos no se hacen el prepucio para atrás y puede desencadenar problemas de cáncer".
A los 45 años en adelante empieza el chequeo prostático y los hombres deben ir una vez al año al urólogo, desde los 40, 45 años o 50 años hasta los 75 años.
"Con que la persona a los 45 años tome la precaución de ir al urólogo, puede evitar muchas enfermedades y poder llevar un tratamiento".
Factores. Aldo Méndez comentó que en pacientes jóvenes lo que más predomina es el cáncer de testículo, por diversos factores como es genética, infecciones previas, porque destruye las células y tienen que volver a regenerarse, fumar, comer carne asada o alimentos asados, pero también puede dar cáncer de colon, de próstata, estómago, y, concretamente puede cáncer de próstata, por no eyacular periódicamente y no comer muchos vegetales.
Dijo que generalmente el cáncer testicular puede detectarse a tiempo, porque es evidente, aunque no da dolor, pero sí una sensación extraña, y el cáncer testicular es curable en la mayoría de los casos, un 98 por ciento si se detecta a tiempo. Y el de próstata es más silencioso y muchos casos van en estado avanzado, y, aunque no suele ser tan agresivo se pueden dar tratamiento como quimioterapia, radioterapia y cirugía en base a cada paciente.
Prevención. Tanto Antonio Herrera, quien dio su testimonio, como el urólogo Aldo Méndez, coincidieron en que debería haber campañas de salud dirigidas al género masculino para que acudan a chequeos periódicos y se autoexploren para que puedan detectar cambios, incluso, se puede aprovechar las redes sociales para ello.