Aunque no están a punto de abrir una clínica en la jungla, un nuevo estudio sugiere que los chimpancés salvajes podrían estar practicando una forma de automedicación.
En dos comunidades de chimpancés en Uganda, un equipo dirigido por Elodie Freymann de la Universidad de Oxford ha observado que estos animales seleccionan ciertas plantas comestibles por sus propiedades medicinales. Los chimpancés parecen incorporar estas plantas a su dieta cuando enfrentan enfermedades, a diferencia de cuando están sanos.
El equipo de Freymann investigó las propiedades farmacológicas de las plantas que los chimpancés consumían durante episodios de enfermedad. En un informe publicado el 20 de junio en la revista PLOS One, se descubrió que el 88% de los 13 árboles y hierbas examinados poseían propiedades antibacterianas, y el 33% tenían efectos antiinflamatorios.
Por ejemplo, la madera muerta del árbol de la familia Dogbane (Alstonia boonei) mostró la actividad antibacteriana más fuerte y también propiedades antiinflamatorias, lo que podría indicar su uso potencial en el tratamiento de heridas. La corteza y la resina del árbol de caoba, así como las hojas de un helecho (Christella parasitica), también exhibieron potentes propiedades antiinflamatorias. En particular, un chimpancé macho con una mano lesionada recogió las hojas del helecho, posiblemente para aliviar el dolor.
En otro caso, se observó a un chimpancé que, lidiando con una infección parasitaria, consumió la corteza del árbol de espina de gato (Scutia myrtina).
Estos hallazgos no solo sugieren que las plantas naturales parecen beneficiar a los chimpancés, sino que también podrían tener potencial como tratamientos para enfermedades humanas, según el equipo de Oxford.
"Nuestro estudio demuestra cómo el estudio de nuestros primos primates puede acelerar el descubrimiento de nuevos medicamentos y subraya la importancia de preservar nuestras farmacias forestales", concluyeron los investigadores.
Este descubrimiento no es aislado; en un informe reciente, también se observó a un orangután en Borneo frotando una planta medicinal en una herida facial para acelerar la curación.