Durante el último ciclo escolar, se incrementaron los informes sobre la venta de comida chatarra en escuelas de Coahuila, afectando a al menos 275 instituciones educativas, según datos oficiales.
En el ciclo escolar 2022-2023, el programa Mi Escuela Saludable recibió 302 reportes que señalaban a 240 planteles por no cumplir con la ley que prohíbe la venta de estos alimentos. Para el ciclo 2023-2024, los reportes aumentaron a 353, involucrando a 275 escuelas que descuidan la salud de los estudiantes.
Las ciudades más afectadas son Saltillo y Torreón, con aproximadamente 100 denuncias cada una, seguidas de Monclova con 27 y Piedras Negras con 19, según un estudio realizado por el Poder del Consumidor y la Red por los Derechos de la Infancia en México.
El 82.7% de las escuelas denunciadas admitió vender refrescos, mientras que el 7.1% desconocía si los comercializaban y el 10.2% restante afirmó no hacerlo. En cuanto a la venta de comida chatarra, el 98% de los reportes indicó que sí se vendía, el 0.3% no estaba seguro y el 1.7% restante aseguró que no lo hacía.
Además, el 89.5% de las denuncias señaló la ausencia de comités para vigilar la prohibición de venta de comida chatarra, el 8.2% desconocía si existían y solo el 2.3% afirmó tenerlos. Respecto a la infraestructura escolar, el 66.3% de las denuncias mencionó la falta de bebederos de agua, el 5.4% no sabía si los había y el 28.3% restante afirmó contar con ellos.
Entre las escuelas señaladas se encuentran instituciones públicas como Centenario, Miguel López, Miguel Ramos Arizpe, José R. Muñiz, Mario Enrique Castro Gil, Baldomero de León Tovar, Héctor Mario López Treviño, Adolfo López Mateos y Jaime Torres Bodet, así como colegios privados como Ignacio Zaragoza, San José, Valladolid, Alma Reed, Centro Montessori, Instituto Lev Semynovich Vygotski e Instituto Vistahermosa de Saltillo.
Para ser consideradas "Escuelas Saludables", deben cumplir con criterios como no vender refrescos ni comida chatarra, ofrecer frutas y verduras diariamente, contar con un comité que supervise la prohibición de comida chatarra y disponer de bebederos de agua.
El Poder del Consumidor y la REDIM advierten sobre los efectos nocivos de los productos vendidos en las tienditas escolares, como colorantes asociados a problemas de atención y aditivos vinculados a enfermedades como obesidad, diabetes e hipertensión. Se refieren a estas escuelas como "fábricas de obesidad y enfermedades", debido al alto consumo de calorías provenientes de productos ultraprocesados.
Desde 2014, un acuerdo entre las secretarías de Educación Pública y de Salud prohíbe la venta de comida chatarra en las escuelas, como medida para promover hábitos alimenticios más saludables entre los estudiantes.