A medida que los hongos de psilocibina se vuelven cada vez más populares en Estados Unidos, algunos estados han comenzado a relajar las restricciones sobre su uso recreativo.
Un reciente informe advierte que el gobierno federal deberá decidir si seguirá esta tendencia. RAND, un grupo de investigación sin fines de lucro, señala que si los intentos de expandir el acceso recreativo a los psicodélicos no tienen éxito, esto podría obstaculizar sus posibles aplicaciones médicas.
"Lo que ocurrió con la investigación clínica sobre psicodélicos después de la década de 1960 sugiere que esta preocupación no es infundada", comentó Beau Kilmer, autor principal del informe y investigador principal de políticas de RAND.
Michelle Priest, coautora del estudio y asistente de investigación de políticas en RAND, advirtió que los grupos indígenas que consideran los psicodélicos como medicinas espirituales también podrían verse afectados.
El informe destaca que los hongos psicodélicos han superado en popularidad a otras sustancias que alteran la mente, como el MDMA. Basado en una encuesta realizada en diciembre de 2023 a casi 3,800 adultos estadounidenses sobre el consumo de diversas sustancias, el 12% reportó haber usado psilocibina en algún momento, y el 3,1% lo hizo en el último año. Se estima que 8 millones de adultos estadounidenses utilizaron psilocibina el año pasado.
A pesar de esta popularidad, el consumo de psilocibina sigue siendo relativamente infrecuente, con solo un 0,9% de los encuestados que reportaron haberla usado en el mes anterior, comparado con el 20% que consumió cannabis.
El informe también indica que el creciente interés en el uso de psicodélicos para tratar trastornos de salud mental no ha sido igualado por los cambios en las políticas públicas. Los reguladores federales enfrentan la decisión de si los psicodélicos deben seguir el modelo del cannabis con fines de lucro.
"La situación actual con los psicodélicos me recuerda a dónde estábamos con la política del cannabis hace 12 años", afirmó Kilmer. "Es el momento de que los legisladores federales decidan si quieren influir en estos cambios de política o mantenerse al margen".
A pesar de la prohibición federal sobre el suministro y posesión de psicodélicos fuera de entornos de investigación aprobados y algunas exenciones religiosas, varios estados y gobiernos locales están flexibilizando sus enfoques. Oregón, por ejemplo, permite el uso supervisado profesionalmente de psilocibina, y un sistema similar está previsto para Colorado el próximo año.
Priest subrayó que las comunidades indígenas que tienen tradiciones de larga data con los psicodélicos, considerados medicinas espirituales, deben ser consultadas al tomar decisiones políticas. "Escuchar respetuosamente a los miembros de la comunidad indígena autorizados a hablar sobre estos temas puede ayudar a formular políticas que se beneficien de generaciones de sabiduría y, al mismo tiempo, protejan los derechos indígenas", concluyó.