Una víctima más de anexo Sanaréh evidencía su maltrato

 Joel Carreón junto a otros compañeros, se escapó del centro de rehabilitación hace una semana aproximadamente.

Joel Carreón Ramos, de 60 años de edad, un exinterno del centro de rehabilitación Sanaréh de Monclova expuso ser víctima y testigo de actos de violencia cometidos por los propietarios y encargados de este lugar, motivo por el cual, él y tres compañeros más decidieron organizar un plan para fugarse del anexo, huyendo de las malas prácticas dese hace una semana.

Joel, quien afirmó ser un extrabajador de Pemex y haber tomado una adicción por el alcohol, por lo que su familia escuchó buenos comentarios del anexo Sanaréh, por lo que decidieron internarlo, sin embargo, desde que pasaron a recogerlo a su domicilio, él notó malos tratos, pues lo esposaron para poderlo trasladar hasta el centro, lo que le dejó marcas visibles en tobillos y muñecas. A pesar de las malas atenciones, los encargados del lugar cobraban más de mil 500 pesos a la semana por la supuesta rehabilitación.

Acciones. El exinterno, aseguró haber pasado más de dos meses dentro de este lugar, vivió una de las experiencias más traumáticas y lamentables de su vida, pues relató que recibieron castigos injustificados, como toques con una chicharra en brazos y piernas, golpizas por parte se quien se supone es el padrino de los internos, falta de higiene, no les daban de comer de manera adecuada, pues los platillos no siempre se les entregaban a las horas asignadas y la comida era deplorable y en su experiencia particular, Joel aseguró ser 'vejado' con objeto distinto al natural, además de tener que trabajar largas horas como albañiles, plomeros y electricistas en las viviendas y negocios particulares de los dueños del anexo. 

Consecuencias. Mostró sus marcas y cicatrices visibles de violencia en algunas partes de su cuerpo, además de tener que recibir atención médica por las consecuencias de los golpes, así como claras radiografías en donde se muestran daños en algunas piezas dentales, tras haber recibido impactos de golpes en el rostro.
Aclaró que, así como él, 19 internos más son víctimas de acciones similares, aunque afortunadamente, él junto con otros compañeros lograron escapar recientemente “se supone que este lugar es para poder salir de un infierno, como lo es una adicción, pero terminé entrando a un lugar peor, con consecuencias traumáticas, espero que pronto se tomen las medidas adecuadas por parte de las autoridades, pues mi caso no es el primero, ni será el último si no se hace nada al respecto” destacó.

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