Un estudio reciente sugiere que los medicamentos avanzados para la pérdida de peso, como Wegovy y Ozempic, podrían ser útiles en el tratamiento del alcoholismo.
El estudio reveló que las personas que tomaban semaglutida presentaban entre un 50 y un 56 por ciento menos de probabilidades de desarrollar alcoholismo o de recaer en el consumo de alcohol, según los investigadores en una edición reciente de la revista Nature Communications.
Actualmente, hay pocos tratamientos disponibles para el trastorno por consumo de alcohol (TCA), por lo que la incorporación de semaglutida como opción terapéutica sería un avance significativo, destacaron los investigadores.
"Esta es una noticia muy alentadora, ya que podría representar un nuevo enfoque terapéutico para el trastorno por consumo de alcohol (TCA)", afirmó el investigador principal, Rong Xu, profesor de informática biomédica en la Facultad de Medicina de la Universidad Case Western Reserve.
La semaglutida, inicialmente aprobada para la diabetes debido a su capacidad para regular los niveles de azúcar en la sangre, también reduce el apetito y ralentiza la digestión, lo que llevó a su aprobación para la pérdida de peso.
En el estudio, los investigadores revisaron los historiales médicos de casi 84,000 pacientes con obesidad y alrededor de 600,000 pacientes con diabetes tipo 2. En ambos grupos, se observó una reducción consistente en el alcoholismo entre quienes recibieron tratamiento con semaglutida.
"Los hallazgos son prometedores y ofrecen evidencia preliminar del potencial beneficio de la semaglutida en poblaciones reales, pero se requieren más ensayos clínicos aleatorios para confirmar su utilidad clínica para el TCA", comentó la coautora del estudio, Dra. Pamela Davis, profesora de investigación en Case Western.
Los investigadores sugieren que la semaglutida podría ser eficaz contra el alcoholismo debido a que el GLP-1, la hormona que regula el medicamento, también está relacionado con el sistema de recompensa dopaminérgico activado por el consumo de alcohol.
"Las áreas del cerebro que regulan el comportamiento alimentario están fuertemente relacionadas con el impulso de consumir alcohol u otras sustancias", agregó el Dr. Lorenzo Leggio, director clínico y subdirector científico del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas.