La líder subrayó la importancia de la depuración estatal que permitirá la entrada de nuevos cuadros.
La corrupción impregnó todas las áreas de la Sección 38 del SNTE en Coahuila, contaminando a la Secretaría de Educación, debido a ello era necesario una “purga” burocrática. “Tenía que ocurrir, ¡Claro!”. Siempre hubo “un excesivo número de colaboradores”, muchos de ellos ficticios: “aviadores”, destaca Isela Licerio Luévano, líder de la Sección 38.
En esta última entrega de la entrevista exclusiva para MÁS, Isela Licerio Luévano, líder de la Sección 38 del SNTE en Coahuila, resalta que la Sección 38, que alguna vez fue la más grande y fuerte del país, está en proceso de recuperación y busca sentar las bases para un futuro prometedor.
La dirigente magisterial menciona que se han ajustado sueldos y eliminado a los "aviadores", subrayando la importancia de esta depuración para permitir la entrada de nuevos cuadros de profesionales preparados.
Asimismo, elogia al actual secretario de Educación por su compromiso y preparación, aunque insiste en la necesidad de un equipo completo para impulsar un proyecto educativo sólido en Coahuila y una reforma de pensiones.
Licerio Luévano enfatiza la función del sindicato en la defensa de los trabajadores y la colaboración con la Secretaría de Educación, sin caer en el conflicto de intereses. Además, denuncia los "grandes atropellos" que han afectado a muchos de sus compañeros, incluyendo a ella misma, quien perdió sus plazas federal y estatal por aspirar a la secretaría general. Y la necesidad urgente de la purga de la plantilla laboral, explica la entrevistada, parecería el cuento de nunca acabar:
“Seguimos haciéndolo, porque de repente nos encontramos con que todavía las nóminas requieren depuración: se ajustan y se ajustan y se siguen ajustando”.
“De pronto nos sale todavía personal que no ubicábamos y que ahí están, y que no trabajaron durante años”, señala, en entrevista exclusiva para MÁS.
“En realidad, este problema se encontró en todas las áreas, por ejemplo, le hablé del seguro del maestro. Ahora, vamos al Fovi”, prosigue Isela Licerio.