Un estudio reciente advierte que las personas con un microbioma intestinal poco saludable parecen tener una mayor probabilidad de morir después de un trasplante de órganos.
Los investigadores, cuyo trabajo fue publicado en la revista Gut, encontraron que ciertos patrones de microbios intestinales están específicamente asociados con muertes por cáncer e infecciones en receptores de trasplantes de riñón, hígado, corazón y pulmón. Johannes Bjork y su equipo del Centro Médico Universitario de Groningen, en los Países Bajos, identificaron dos patrones generales de variación en la comunidad microbiana que se correlacionan con la mortalidad por todas las causas, independientemente del tipo de órgano trasplantado.
Según los investigadores, la salud del microbioma intestinal debe considerarse cuidadosamente al prepararse para un trasplante de órganos. Han observado previamente que la composición del microbioma intestinal está vinculada con enfermedades como la enfermedad inflamatoria intestinal y la diabetes, pero pocos estudios han explorado su relación con la supervivencia a largo plazo después de un trasplante.
El estudio analizó más de 1,300 muestras fecales de pacientes de trasplante, comparándolas con más de 8,200 personas de la misma región en los Países Bajos. Los investigadores encontraron que cuanto más divergentes eran los patrones del microbioma intestinal de los receptores de trasplantes en comparación con la población general, mayor era el riesgo de muerte tras el trasplante. Además, identificaron 19 especies bacterianas específicas que aumentan el riesgo de mortalidad en estos pacientes, como ciertas especies de Clostridium asociadas principalmente con infecciones mortales.
Además, ciertas especies bacterianas productoras de butirato, un ácido graso de cadena corta con propiedades antiinflamatorias, se relacionaron con un mayor riesgo de muerte por cáncer, destacando la complejidad de los efectos del microbioma intestinal en la salud post-trasplante.