Hasta el momento han sido reubicados 600 personas a los diferentes centros penitenciarios del Estado.
La Secretaría de Seguridad Pública ha reubicado a 600 personas privadas de su libertad durante la actual administración estatal, lo que ha permitido despresurizar los centros penitenciarios de Saltillo y Piedras Negras.
Cómo parte de esta estrategia, este martes 150 personas en esa condición fueron trasladadas del Centro Penitenciario Varonil de Piedras Negras al de Monclova, en la Región Centro.
La actual administración ha desarrollado diversas acciones con el objetivo de mantener la estabilidad, seguridad y gobernabilidad en los Centros Penitenciarios, y bajo el precepto Constitucional donde las personas procesadas en prisión preventiva deben encontrase en un centro penitenciario cercano a la residencia de los juzgados donde se desarrollan sus procesos. Las fuerzas de la Policía Estatal mantuvieron una coordinación efectiva para llevar a cabo con éxito el traslado de 150 Personas Privadas de su Libertad (PPL) del Centro Penitenciario de Piedras Negras al de Monclova. Este operativo no solo requirió una planificación meticulosa, sino también la colaboración y el respaldo de otras entidades de seguridad. En este sentido, se contó con el valioso apoyo del Ejército Mexicano y la Guardia Nacional, quienes contribuyeron significativamente a garantizar que el traslado se realizara de manera segura y ordenada. La cooperación interinstitucional fue crucial para enfrentar los desafíos logísticos y de seguridad inherentes a un operativo de esta magnitud, demostrando así la capacidad de las fuerzas de seguridad para trabajar de manera conjunta en la protección y mantenimiento del orden público.
El proceso del traslado fue supervisado en todo momento por la Comisión de los Derechos Humanos del Estado de Coahuila. El inicio de la apertura de los candados estuvo supervisado tanto por la Policía Penitenciaria como por la Policía Estatal, asegurando así que el proceso se llevara a cabo bajo estrictas medidas de seguridad y control. La presencia conjunta de ambas fuerzas de seguridad fue fundamental para garantizar la transparencia y la integridad del procedimiento. La Policía Penitenciaria, con su conocimiento específico del entorno y de los internos, colaboró estrechamente con la Policía Estatal, que aportó su experiencia en el manejo de operativos de seguridad de mayor escala. Esta colaboración permitió una coordinación precisa y una respuesta ágil ante cualquier eventualidad, reafirmando el compromiso de ambas instituciones con el mantenimiento del orden y seguridad.