Mientras persiste una crisis de salud mental juvenil en EE.UU., un nuevo informe pone de manifiesto una importante brecha entre el nivel de apoyo que sienten los adolescentes y el que los padres creen que tienen sus hijos.
Según un informe publicado este martes por el Centro Nacional de Estadísticas Sanitarias, solo una cuarta parte de los adolescentes afirman recibir siempre el apoyo social y emocional que necesitan, mientras que los padres creen que lo reciben casi tres veces más.
Los hallazgos se basan en encuestas representativas a nivel nacional de casi 1.200 niños de 12 a 17 años y sus padres, realizadas en 2021 y 2022. Los padres respondieron a las preguntas de la encuesta de entrevistadores capacitados, mientras que los niños respondieron a las preguntas de la encuesta en línea después de que sus padres dieron su aprobación. Los autores del estudio señalan que la presencia de un entrevistador puede haber sesgado a los padres a responder más favorablemente, pero se encontraron discrepancias significativas entre las percepciones de padres e hijos en todos los grupos demográficos.
"Esto sugiere un sesgo sistemático en el que los padres informan sistemáticamente de niveles más altos de apoyo social y emocional en comparación con la percepción de sus hijos adolescentes, y al hacerlo pueden subestimar la necesidad percibida de apoyo social y emocional de sus hijos adolescentes", escribieron los autores del estudio.
Los adolescentes suelen pensar en sus sentimientos, junto con su identidad y su lugar en el mundo, pero quizá no quieran compartirlo con sus padres, dijo el Dr. Jeffrey Arnett, psicólogo del desarrollo e investigador principal de la Universidad Clark. No participó en el nuevo estudio.
"A veces lo hablan con sus padres, pero en gran medida es un proyecto individual", afirma. "Quieren empezar a desarrollar una identidad independiente. A veces sienten que deben ser independientes, por lo que puede resultar más difícil hablar abiertamente con sus padres sobre cómo se sienten."
Diferentes formas de definir el apoyo
También puede haber una desconexión entre el apoyo que los padres creen que ofrecen y el que buscan sus hijos adolescentes, incluso cuando ambas partes tienen las mejores intenciones, dice la Dra. Lisa Damour, psicóloga que no participó en el nuevo estudio pero que escribió libros sobre temas relacionados y es copresentadora de un podcast sobre paternidad.
El primer instinto de los padres suele ser aconsejar u orientar, mientras que los adolescentes tienden a buscar empatía y seguridad, explica.
"Cuando los adolescentes acuden a los adultos con preocupaciones, creo que, por encima de todo, lo que buscan es que el adulto sirva de presencia firme para mantener la perspectiva sobre lo que está ocurriendo y ayudar al adolescente a adquirir un sentido de la perspectiva", dijo Damour. "Así que cuando nos dejamos llevar por nuestro instinto común de ofrecer consejo u orientación o de hacer preguntas, creo que a veces los adolescentes tienen la sensación de que les estamos confirmando que el problema es tan grave como les parece a ellos, y eso no tiene el efecto deseado".
Las encuestas del nuevo informe no definían el apoyo social o emocional, por lo que correspondía a los adolescentes y a sus padres determinar qué significaba eso para ellos.
Y esta desconexión entre los padres y sus hijos adolescentes puede verse exacerbada por la ansiedad generalizada de los padres ante la crisis de salud mental a la que se enfrenta Estados Unidos, según Damour.
"Es posible que ahora, más que en los últimos años, los padres se apresuren a intentar aportar soluciones o correcciones porque están preocupados por la salud mental de los adolescentes en general", afirma. "Así que el efecto neto es que probablemente sea más difícil que nunca para los padres sentirse como una presencia firme ante los contratiempos y baches de la adolescencia, y eso puede estar repercutiendo en sus hijos".
En general, el 93% de los padres cree que sus hijos siempre o normalmente tienen el apoyo social y emocional que necesitan, pero sólo el 59% de los adolescentes lo considera así, según el nuevo informe. En cambio, el 20% de los adolescentes dijo que rara vez o nunca tenían el apoyo que necesitaban, en comparación con solo alrededor del 3% de los padres que pensaban lo mismo.
Relación con los problemas de salud mental
Según los expertos, los sistemas de apoyo son importantes para todos, pero especialmente para los adolescentes, que viven un periodo de gran transición biológica y social.
Es importante que los padres fomenten líneas abiertas de comunicación con sus hijos adolescentes porque, a pesar del empuje hacia la independencia, siguen dependiendo de ellos en muchos aspectos, afirma Arnett.
"La relación que los adolescentes mantienen con sus padres es fundamental en la vida de casi todos ellos. Están creciendo, pero siguen siendo niños en muchos sentidos", afirmó.
Y el nuevo informe muestra que los adolescentes que no sentían que siempre o habitualmente contaban con el apoyo que necesitaban eran significativamente más propensos a declarar una serie de efectos nocivos para la salud que los que sí se sentían apoyados.
Según el nuevo estudio, la depresión y la ansiedad eran casi tres veces más frecuentes entre los adolescentes que no se sentían apoyados emocionalmente que entre los que sí lo estaban; casi un tercio de los que no se sentían apoyados presentaban síntomas. Dos tercios de los adolescentes que no se sentían apoyados declararon dormir mal, frente a aproximadamente un tercio de los que sí se sentían apoyados. Y casi el 14% de los adolescentes que no se sentían apoyados declararon tener mala salud o una baja satisfacción vital, frente a menos del 5% de los que sí se sentían apoyados.
Según el nuevo informe, los grupos de adolescentes que tenían menos probabilidades de sentir que contaban con el apoyo que necesitaban eran también los que presentaban mayores diferencias en la percepción de los padres.
Menos de la mitad de los adolescentes negros (42%) y de los adolescentes LGBTQ+ (44%) dijeron que siempre o normalmente tenían el apoyo social y emocional que necesitaban, mientras que sus padres lo percibían así con más del doble de frecuencia.
Las adolescentes eran menos propensas que los chicos a decir que siempre o normalmente contaban con el apoyo que necesitaban, y existía una mayor brecha en la percepción entre las adolescentes y sus padres.
Los expertos afirman que es importante que los adultos dediquen tiempo a conectar con los adolescentes.