Bellingham no ha conseguido ofrecer su mejor versión, la que lució en el Real Madrid durante muchos tramos de la temporada.
La Eurocopa de Jude Bellingham prácticamente se puede resumir en solo dos instantes: el cabezazo a Serbia en la puesta en escena de Inglaterra y la chilena a Eslovaquia en octavos de final con la que rescató a su selección del ridículo. Mucho y muy poco a la vez para un jugador que sobrevivió en la Eurocopa gracias a esos dos chispazos decisivos, pero que también deambuló cansado por los estadios de Alemania en el tránsito hacia la final que disputará ante España este domingo en Berlín.
Contagiado por la pobre propuesta de Inglaterra, sombría hasta su reacción en semifinales frente a Países Bajos, Bellingham no ha conseguido ofrecer su mejor versión, la que lució en el Real Madrid durante muchos tramos de la temporada. Agotado tras el último éxito del conjunto blanco, la victoria en Wembley sobre el Borussia Dortmund para alzar la Liga de Campeones marcó el final de un curso agotador para un jugador al que le ha faltado combustible durante la Eurocopa.