Un cine que ya no quiere permanecer callado

Esta semana se lleva la Muestra de Cine de los Pueblos Originarios y Afrodescendientes

El mixteco, tsotsil y el zapoteco son las principales lenguas originarias que están llegando al cine mexicano en corto y largometraje.

Esto de acuerdo con el Estímulo a la Creación Audiovisual en México y Centroamérica para Comunidades Indígenas y Afrodescendientes (ECAMC), que es coordinado por el Imcine, y el cual comenzó a operar en 2019.

Noé Pineda Arredondo, coordinador del Estímulo, señala que en estos seis años se han realizado 68 producciones, ahora en distintas etapas, una suma de 32 lenguas abordadas.

“Pero el tsotsil, mixteco y zapoteco son las lenguas que más aportan, así como los estados de Oaxaca y Chiapas, y es algo que se entiende, por su contexto histórico, el cine comunitario y lo que ellos han vivido”, señala el funcionario.

Del universo de 68 títulos apoyados vía el estímulo, 42 son largometrajes y 26 cortos; han sido dirigidos 33 por mujeres y el resto por hombres.

El sábado comenzó, en el Zócalo capitalino, la primera Muestra de Cine de los Pueblos Originarios y Afrodescendientes conformada por nueve títulos realizados por cineastas procedentes de esas comunidades y que han participado en festivales internacionales de cine como Morelia y Guadalajara.

Desde este lunes y hasta el próximo domingo, de forma gratuita, los mismos arribarán a la Cineteca de las Artes, así como diversas sedes físicas de la República mexicana, televisoras públicas y la plataforma nuestrocine.mx.

Entre las cintas a proyectar se encuentran Valentina la serenidad, hablado en español-mixteco; Ch’ul be senda sagrada y Mamá, ambas en español-tsotsil y Mi no lugar, en español-náhuatl.

“Rompe una tradición de silencio de realizadores de las comunidades indígenas y afrodescendientes, que hablan de muchos Méxicos que desconocemos”, considera Ángeles Cruz, directora de Valentina y la serenidad, que estrenará comercialmente en septiembre.

“Nosotros (las comunidades) hemos contado nuestras historias desde hace tiempo, pero como una voz escondida, no teníamos acceso en general a los festivales que no tuviera el etiquetado de cine indígena, cuando era importante tener nuestra mirada ahí; aquí estamos hablando desde nuestra cotidianidad, de lo que nos duele, nos alegra y convoca”, añade la actriz.

De acuerdo con el ECAMC, otras lenguas que han sido llevadas al cine durante este sexenio son otomí, kiché, maya, mazahua, purépecha, seri, totonaco, yoreme y zoque.

ver en sitio completo: Un cine que ya no quiere permanecer callado