Juan Carlos Rodríguez es un Quijote en desgracia. Perdió a su Sancho Panza, a su Rocinante, a Dulcinea, y hasta al rucio de su escudero. Y se ha quedado solo, peor, abandonado, ante los Molinos de Viento.
Obviando la incongruencia física entre aquel mítico y esquelético hombre de triste figura, y este rozagante personaje de vasta inteligencia estratégica, y avezado en aventuras empresariales, los dos se colapsaron en su universo de fantasías.
Parecía, hace un año, más la encarnación de Napoleón que de Alonso Quijano, tras su devastadora incursión, desmantelando, con frontal colisión, la coalición de los Multipropietarios (Grupos Azteca, Orlegi y Caliente), echando a Diego Cocca con Ivar Sisniega como mensajero, y desazolvando al Tri con aires de purga sobre Ares de Parga.
No era la manifestación de su poder, realmente. Era la entronización del puño autocrático de Emilio Azcárraga Jean. Más poderoso incluso que en los tiempos de Justino Compeán. Nadie chistó en el zoológico del futbol mexicano.
Circunstancialmente, para fortalecerlo, México se engalanó con el frágil oropel tras ganar la Copa Oro con Jaime Lozano, enjugando así la histeria del Tri en la Nations League.
Máster del Gatopardismo, Juan Carlos Rodríguez se convirtió en una moderna Scherezada. Mil y un cuentos, con su consejo de sabios, sus 12 columnas, su plan maestro y una retahíla de promesas de su gente (Ivar Sisniega, Duilio Davino y Lozano), quienes auguraban una entrada triunfal al Olimpo de la Conmebol, y por supuesto de la Concacaf.
Un año después, este Quijote de mente extremada y poderosamente lúcida ha sido enclaustrado en el callejón de la demencia. Sí, los Molinos de Viento son reales, y le amenazan.
En las dos últimas semanas, Juan Carlos Rodríguez entendió que había alucinado. Este miércoles 3 de julio, se dio cuenta, finalmente, que lo habían abandonado Sancho Panza, Rocinante, Dulcinea y el infeliz Rucio.
Revisando boletines hechos documentos, algunas entrevistas consensuadas, ruedas de prensa, videos de su Departamento de Comunicación, pláticas aisladas con gente que estuvo cerca de él y después se alejó, o fue alejada, queda claro que ‘La Bomba’ tenía un proyecto imperfecto pero viable, para sacar al buey tricolor de la barranca.
Había errores, y tal vez el mayor de ellos fue carecer de un hombre coherente, práctico, conocedor del agreste entorno y que le jalara la rienda a sus instintos de líder nato y emprendedor.
Que quede claro: no es lo mismo dirigir exitosamente una empresa desde el salón oval, que pretender dirigir una veintena de empresas ajenas, desde la fragilidad de un puesto casi etéreo, virtual, satélite y que depende de la volatilidad emocional y hormonal de su patriarca Azcárraga Jean.
‘La Bomba’ se sentía Oppenheimer. Tenía el detonante más poderoso, más completo, aunque más perfeccionable que perfeccionado, para levantar de la fosa común del fracaso y el abuso, al futbol mexicano.
Por eso, insisto, el miércoles 3 de julio recibió el golpe de gracia. Organizó un proyecto multimillonario, un proyecto que envidiarían los balompiés de decenas de países de todas las Confederaciones, excepto claro, la MLS y algunas Ligas de Europa, pero hasta a Brasil le sentaría de maravilla un reordenamiento financiero.
Tras decenas de horas y cientos de hojas, ‘La Bomba’ había conseguido el rescate financiero de la liga a través de un coloso mundial de inversiones y desarrollos como Apollo Global Management. De hecho, convencer a un consorcio así de bajar la mirada hacia el virus compulsivo que es la Liga Mx, es ya un logro, pero más aún, conseguir interesarlo.
Claro, Apollo ve algunos apolíneos, guapetones, grupos financieros dentro de los clubes de la Liga Mx. Pero hay un problema: necesita de una probidad, de una transparencia, de una rectitud moral y de plataformas sólidas y legales, para atreverse a soltar sus centavitos. No da paso sin huarache.
Sin embargo, la #YuntaDeDueños (dixit Sven-Goran Eriksson) no está dispuesta a permitir que metan sus narices los auditores y expertos fiscales, laborales, y especialistas en identificar las rutas bancarias de sus dineros.
“No molestes a mis dueños de equipos”, le dijo Emilio Azcárraga Jean, con su semblante más serio, en el umbral de la intimidación, como villano de La Rosa de Guadalupe, a Juan Carlos Rodriguez. Si el futbol mexicano ha vivido, tanto tiempo, sin rescatistas extranjeros, aún en su estado de decrepitud competitiva, puede seguir perviviendo y sobreviviendo.
Por ejemplo, hay numerosos equipos que se sentirían incómodos si alguien auscultara y trasgrediera sus estados financieros, sus condiciones fiscales, y las incongruencias obscenas de los contratos que existen en sus contabilidades, ante el fisco y los que se registran en la federación.
Concretamente, Cruz Azul prefiere que no se analicen o sobreseen, sus condiciones laborales como cooperativa, especialmente porque aún hay grupos disidentes y porque propiciaría una embestida desde las penumbras por parte de ‘Billy’ Álvarez Cuevas y algunos de sus solidarios. Lo mismo ocurriría en los equipos del Grupo Salinas, con los pleitos fiscales que pesan sobre su líder. Xolos y su casa de apuestas, también se oponen a este tipo de intromisiones. Por citar a algunos, simplemente.
Y los Multipropietarios no están dispuestos a ceder en la multipropiedad. En un país donde hay un auge tremendo de prestanombres y testaferros, para eludir impuestas y engendrar empresas fantasmas, seguramente encontrarán los atajos y los recovecos para mantener su estatus.
En 2018, el Servicio de Administración Tributaria en México detectó 3 mil empresas fantasmas, una práctica que tuvo auge durante el periodo presidencial de Enrique Peña Nieto, de acuerdo al Diario Oficial dse la Federación.
Claro, una práctica menos cuestionada, perseguida o incriminada, es cuando hay una cesión de orden familiar. No hay una ilegalidad en ello, aunque si despertaría inquietud en Apollo Global Management
Por ejemplo, Jesús Martínez, podrá legalizar final y absolutamente que el León sea de su hijo. Lo mismo puede ocurrir en la familia Salinas Pliego, cuando Benjamín reciba de su padre Ricardo, la asignación casi testamentaria del Puebla o de Mazatlán. Grupo Orlegi dispone de varios candidatos para que Alejandro Irarragorri maquille la independencia de Santos, especialmente su esposa Laura, con un perfil emprendedor y de intachable prestigiio. En el caso de Grupo Caliente, Jorge Hank Rhon es padre de 23 hijos y alguno más podría asumir el control de Querétaro, mientras Jorge Alberto continúa con Xolos.
Y claro, todo debidamente notariado, notarizado y legalizado. La Multipropiedad, como tal, no es el único problema que asusta a Apollo Global Management.
Así, ‘La Bomba’ debe cargar con tres puntos críticos con la mira telescópica de Emilio Azcárraga Jean.
1.- Jaime Lozano. Un grupo de personas que elegirá el mismísimo EAJ, le ayudará directamente a él a evaluar, en dos semanas, el informe del aún técnico de la Selección Mexicana. Si ese consejo improvisado decide reprobar el reporte, Lozano podría quedar fuera, aún contra la voluntad de ‘La Bomba’. ¿Renunciaría al cargo? No tendría problemas; tiene participación en varias empresas y es el dueño de TUDN Radio.
2.- Fondo de inversiones. A pesar de la magnífica solución que aporta Apollo, deberá buscar otras fuentes de financiamiento que no hieran susceptibilidades de algunos propietarios de equipos.
3.- Oficina de Comunicación. Varios propietarios se quejaron de la forma en que se maneja metódica y mediáticamente a la Selección Mexicana y a la FMF. Hay inconformidad porque se consideran inoportunos muchos de sus mensajes, y que terminan teniendo un efecto búmeran con reacciones adversas. La realidad es que el impacto de esos mensajes ha multiplicado exponencialmente el número de seguidores de las diferentes cuentas. Desde el inicio se consideró que estaba bien orientada esta irrupción mediática, pero “todo dependerá de los resultados de la Selección Mexicana”. Irrefutable. Y hoy la cancha juega en contra de las redes sociales.
Quienes conocen a ‘La Bomba’, quienes han trabajado con él, especialmente desde Miami, aseguran que lejos de rendirse, de sucumbir ante los Molinos de Viento de la #YuntaDeDueños, urde ya, el contrataque.
Juan Carlos Rodríguez no tiene más poder económicos, político o mediático que los dueños de equipos, pero tiene más astucia, recursos administrativos y lectura de estrategias ante la crisis, que todos ellos, porque, recuérdese, irónicamente, fue él, estrictamente él quien salvó de una bancarrota a los clubes ante la devastadora pandemia.
Pero, por si acaso, por si en el abandono de su Sancho Panza, su Dulcinea, su Rocinante y el Rucio, que guarde La Bomba este fragmento del bellísimo poema Vencidos de León Felipe: “Y ahora ociosa y abollada va en el rucio la armadura, y va ocioso el caballero, sin peto y sin espaldar; va cargado de amargura, que allá encontró sepultura su amoroso batallar”