Así como exfoliamos la piel del rostro, el cuero cabelludo también requiere este gesto de belleza para remover células muertas, exceso de sebo y residuos de productos de styling.
En el mercado ofrecen exfoliantes capilares físicos y químicos. Los físicos contienen ingredientes para causar fricción en la piel y hacer la limpieza profunda; suelen tener microgránulos y requieren un masaje. Los químicos presentan ingredientes activos que disuelven las células muertas, por lo general son ácidos, como el salicílico y el glicólico. Comúnmente, estos se deben dejar reposar en el cabello varios minutos para que actúen, antes del lavado.
Considera que es recomendable exfoliar el cuero cabelludo semanalmente, sobre todo si tienes el pelo graso, o cada 15 días. Esta limpieza profunda aportará múltiples beneficios: promueve el crecimiento del cabello, previene la resequeda y la caspa, regula la oleosidad y aporta brillo.
Cómo exfoliar tu cuero cabelludo
Humedece tu cabello
La mayoría de los exfoliantes capilares se deben aplicar sobre el pelo húmedo para facilitar su distribución (lee las indicaciones del que usarás, para asegurarte de que no hay una indicación contraria). Peina y divide el cabello en secciones para asegurarte de cubrir todo el cuero cabelludo con el producto.
Aplica en el cuero cabelludo
Aplica el producto directamente sobre el cuero cabelludo. Concéntrate en esa zona, en vez de hacerlo en las hebras del cabello como cuando aplicas tu shampoo. No olvides las áreas de la nuca y detrás de las orejas.
Masajea suavemente
Realiza masajes suaves con la yema de los dedos, haciendo movimientos circulares por toda tu cabeza. Esto también estimulará la circulación sanguínea para promover un crecimiento sano del pelo y, además, te relajará y liberará del estrés. Algunas personas utilizan un cepillo masajeador. ¡Evita usar las uñas!
Lava como de costumbre
Después de un minuto, aproximadamente, enjuaga el exfoliante capilar con agua tibia (no caliente, porque reseca el cabello). Procede a lavar tu melena con tu shampoo habitual (se recomienda que sea sin sulfatos) y no olvides aplicar acondicionador o una mascarilla hidratante. Repite semanalmente o cada 15 días, según tu tipo de cabello.