La decisión se tomó después de semanas de protestas que empezaron para rechazar los planes de Ruto para subir los impuestos.
El presidente de Kenia, William Ruto, ordenó la revisión de una subida de los salarios de los miembros del Gobierno, el Senado y la Asamblea Nacional en medio de una serie de protestas antigubernamentales que se repiten desde el pasado 18 de junio.
"Ruto ha ordenado al Tesoro Nacional revisar (...) las remuneraciones y beneficios de los funcionarios estatales en el Ejecutivo del Gobierno Nacional, el Senado y la Asamblea Nacional después de la retirada del Proyecto de Ley de Finanzas 2024 y las restricciones fiscales previstas", señaló su portavoz, Hussein Mohamed, en su cuenta de la red social X.
"El presidente ha enfatizado que este es un momento para que el Ejecutivo y todas las ramas del Gobierno vivan dentro de sus posibilidades", añadió.
La decisión se tomó después de semanas de protestas que empezaron para rechazar los planes de Ruto para subir los impuestos de numerosos productos básicos, un incremento que se preveía con el polémico Proyecto de Ley de Finanzas 2024.
Tras las manifestaciones, Ruto rechazó el pasado 26 de junio no firmar esa iniciativa legislativa, pero las movilizaciones, que no cuentan con líderes oficiales y son impulsadas en las redes sociales por jóvenes de la llamada 'Generación Z', continúan y exigen la dimisión del mandatario.
Así, los jóvenes se quejan de los altos niveles de desempleo, corrupción y brutalidad policial.
La respuesta de las fuerzas de seguridad, que han disparado gases lacrimógenos, pelotas de goma e incluso munición real contra los manifestantes, ha dejado al menos 39 muertos desde que empezaron las protestas, según la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Kenia (KNCHR).
También hubo al menos 361 heridos y se registraron 32 casos de desapariciones forzadas, señaló esa entidad reguladora.
Esta es la peor crisis de Ruto desde que llegó al poder en septiembre de 2022.
Kenia destaca como una de las economías de más rápido desarrollo de África, pero las desigualdades persisten y uno de cada tres kenianos sobrevive con apenas dos dólares al día, según el Banco Mundial.