Hilario González, obispo de la Diócesis de Saltillo, se encargó de recorrer las calles de la pulga la Lechería ubicada al oriente de la ciudad, todo con el fin de bendecir a los comerciantes ambulantes y rociarlos de agua bendita.
El obispo afirmó que hay que tener fe en Dios, pues aunque en la actualidad las ventas son bajas, se trata del sostén de las familias y se mantiene en oración para suplicar que pronto los problemas económicos se resuelvan.