"Me gusta ser parte de una obra espiritual y no material".
Liliana, cuéntanos un poco sobre ti y tu familia.
"Soy madre de cuatro maravillosos hijos y estoy profundamente comprometida con mi fe y mi devoción a Dios. Mi vida se centra en el servicio a las comunidades en las rancherías, donde trabajo para ayudar a los más necesitados".
¿Cómo comenzó tu viaje espiritual y tu devoción al servicio?
"Desde muy joven, mis padres me inculcaron la importancia de la fe y el servicio a los demás.
Participábamos en actividades comunitarias y en la iglesia, y eso realmente dejó una huella en mí. Cuando tuve a mis hijos, quise asegurarme de transmitirles esos mismos valores".
¿Qué tipo de trabajos realizas en las rancherías?
"En las rancherías, ayudamos de muchas maneras, desde proporcionar alimentos y ropa, hasta ofrecer apoyo educativo y espiritual. También organizamos eventos comunitarios y talleres para enseñar habilidades prácticas que puedan mejorar su calidad de vida".
¿Cómo logras equilibrar tu vida familiar con tu labor en las rancherías?
"No es fácil, pero es posible. Involucro a mis hijos en el trabajo que hago. Les enseño que el servicio al prójimo es una forma de expresar nuestra fe y amor por Dios. Ellos participan en las actividades y eventos que organizamos, y eso también nos une como familia".
¿Qué impacto ha tenido tu trabajo en la vida de tus hijos?
"Ha sido muy positivo. Mis hijos han aprendido el valor del servicio y la compasión. Ven el impacto que nuestras acciones tienen en la vida de los demás y eso les inspira. Espero que continúen este legado de servicio en sus propias vidas".
¿Cuál es tu visión sobre la obra de la misericordia y cómo te gustaría ser parte de ella?
"La misericordia es un pilar fundamental de nuestra fe. Creo firmemente en la importancia de mostrar compasión y amor a los demás. Me gustaría ser parte de una obra que no solo se enfoque en las necesidades materiales, sino también en las espirituales y emocionales. Quiero que las personas sientan el amor de Dios a través de nuestras acciones."
¿Cuál ha sido tu mayor logro en tu labor de servicio hasta ahora?
"Ver el cambio en la vida de las personas a las que ayudamos es el mayor logro. Ver cómo nuestros esfuerzos pueden dar esperanza y alegría a quienes más lo necesitan es indescriptible. También estoy orgullosa de ver a mis hijos seguir mis pasos y desarrollar su propio compromiso con el servicio".
¿Qué consejo darías a otras madres que desean inculcar el don del servicio a sus hijos?
"Les diría que el ejemplo es la mejor enseñanza. Involucren a sus hijos en actividades de servicio desde pequeños y hablen sobre la importancia de ayudar a los demás.
Hagan del servicio una parte natural de su vida familiar. También es importante enseñarles que cada pequeña acción cuenta y que todos podemos hacer la diferencia".
¿Cómo ha sido recibido tu trabajo en las comunidades que visitas?
"Ha sido muy bien recibido. La gente en las rancherías es muy agradecida y siempre nos reciben con los brazos abiertos.
Es gratificante ver cómo nuestras acciones pueden tener un impacto tangible en sus vidas y cómo se crea una conexión genuina basada en la confianza y el respeto mutuo".
¿Has enfrentado algún desafío importante en tu labor, y cómo lo has superado?
"Sí, he enfrentado varios desafíos, desde la falta de recursos hasta situaciones de inseguridad.
Pero siempre he contado con el apoyo de mi familia y mi comunidad. Además, mi fe me da la fuerza para seguir adelante.
Hemos aprendido a ser resilientes y a encontrar soluciones creativas para seguir ayudando a quienes lo necesitan y sirviendo al prójimo de la mejor manera".