La Corte Suprema de Estados Unidos rechazó el viernes un acuerdo entre Texas y Nuevo México sobre el uso del agua del río Grande, citando preocupaciones del gobierno federal.
La decisión de cinco a cuatro impidió que el pacto, diseñado para regular el agua compartida entre los estados, se implementara debido a las objeciones sobre el uso del agua por parte de Nuevo México, que también afecta a Colorado. La jueza Ketanji Brown Jackson, en una opinión mayoritaria que cruzó líneas ideológicas, afirmó que no se puede permitir que Texas y Nuevo México ignoren las preocupaciones federales sobre la gestión del agua. Por otro lado, el juez Neil Gorsuch y otros tres magistrados expresaron que la decisión desafía décadas de jurisprudencia sobre la ley de aguas del tribunal.
El ingeniero estatal de Nuevo México, Mike Hamman, lamentó que el fallo haya desechado un acuerdo recomendado por un juez federal, enfatizando la necesidad de soluciones sostenibles y colaborativas para los recursos hídricos en la región. Legisladores locales habían mostrado preocupación por el impacto del acuerdo propuesto, que involucraba medidas como la reducción del uso de agua estatal y mejoras en la infraestructura. Samantha Barncastle, abogada del Distrito de Irrigación de Elephant Butte, acogió favorablemente el fallo y llamó a todas las partes a volver a negociar para alcanzar un nuevo acuerdo.
Los agricultores del sur de Nuevo México, enfrentando desafíos por la sequía y el cambio climático, han aumentado su dependencia de los pozos de agua subterránea, lo que ha exacerbado las tensiones sobre el suministro de agua en la región. Texas había presentado una demanda por el bombeo de agua subterránea, argumentando que esto afectaba el flujo de agua acordado entre los estados.