Familiares denuncian al personal y al dueño por abusos físicos, sexuales y emocionales.
Familiares de 15 jóvenes se presentaron en las oficinas del Ministerio Público de Arteaga para interponer una denuncia contra los operadores del Anexo "Jóvenes Triunfadores". Según las familias, los jóvenes fueron víctimas de abuso físico, sexual y emocional por parte del personal del centro.
El incidente salió a la luz el pasado domingo, cuando se reportó la fuga de 15 residentes del Centro Terapéutico ubicado en el bulevar Fundadores. Al regresar a sus hogares, los jóvenes relataron los maltratos sufridos durante su estancia. En respuesta, se llevó a cabo un operativo que resultó en la detención de Servando "N", uno de los encargados del lugar. Sin embargo, el propietario y el conocido como "Padrino Pulga", identificado por los jóvenes, permanecen prófugos de la justicia.
Uno de los afectados, cuya identidad se mantiene en el anonimato, describió meses de temor constante durante los cuales no podía dormir tranquilo, debido a que el encargado solía aplicar sustancias irritantes en los ojos por las noches o rociaba gas lacrimógeno "por diversión o por capricho".
Además de estas acusaciones, se señala a Carlos "N" como responsable de golpear regularmente a los internos, así como al "Padrino Pulga", quien enfrenta denuncias por agresión sexual hacia dos de ellos. Los afectados también denunciaron condiciones de privación extrema, incluyendo falta de comida y agua, a pesar de que las familias pagaban una cuota semanal de 2,500 pesos, además de 5,000 pesos al ingreso. Los jóvenes apenas recibían medio plato de sopa diaria y un vaso de agua.
La desesperación llevó a algunos internos a recurrir al agua sucia de la alberca del lugar para calmar la sed, según relataron. La semana pasada, la situación alcanzó niveles de crueldad aún mayores, cuando los jóvenes fueron rociados con gel antibacterial en manos y piernas para luego prenderles fuego, causándoles quemaduras graves. "Quiero justicia para mi hijo y los demás. Le daban 500 golpes en la espalda, tiene lesiones en el brazo, espalda y manos.
Por ser güero, lo discriminaban. Les daban medio plato de sopa y en la noche masa con azúcar y un vaso de agua", lamentó una madre. "Traerlo a este lugar fue una decisión difícil debido a su adicción. Exigimos un trato digno; son personas que necesitan ayuda", agregó. Eliud Aguirre, secretario de Salud del Estado, confirmó que el centro de rehabilitación no estaba registrado ante la subsecretaría de Regulación y Fomento Sanitario, operando de manera clandestina. Según Aguirre, existen más de 200 anexos en el estado, de los cuales solo 67 cumplen con los estándares sanitarios necesarios.
En lo que va del año, solo tres han sido identificados y clausurados por las autoridades. Las familias afectadas exigen la devolución de los pagos realizados al centro, la entrega de los expedientes personales de los internos y, sobre todo, que se castigue a los responsables por los daños infligidos a jóvenes.