Jaime Lozano tiene en sus manos el timón del Tri.
En las primeras presentaciones de México en Copa América había sólidas esperanzas. Después llegaron los arrejuntados patéticos para Argentina 2011 (Luis Fernando Tena) y Chile 2015 (Miguel Herrera). Terminaron últimos de su grupo en ambas ediciones.
La fe renació para la Copa América Centenario, hasta que Chile selló el ataúd con el histórico e histérico 7-0 al Tri de Juan Carlos Osorio.
Años de lloriquear, de lamentar la marginación vía Concacaf de la Copa América, y cuando finalmente México puede regresar en la edición 2024, lo hace con el estigma de condenado, de víctima propiciatoria.
Jaime Lozano tiene en sus manos el timón del Tri. Caronte y su Barca, el gondolero del inframundo. Le esperan Jamaica, Venezuela y Ecuador. No, no es el Grupo de la Muerte, sino el grupo de los muertos. Acaso Ecuador se insinúa como caballo negro de la Copa, el resto, comparsas.