Bomberos de Sunland Park trabajan jornadas extenuantes para recuperar personas y cadáveres en el desierto y en el río.
Con la llegada del verano y las altas temperaturas que superan los tres dígitos, en la región fronteriza, elementos del Departamento de Bomberos de Sunland Park (SPFD), han incrementado su actividad física y mental para rescatar a los migrantes perdidos en el desierto, o en caso necesario recuperar cadáveres, que son localizados por la Patrulla Fronteriza.
Con un estado de fuerza de 24 elementos, 6 a 8 por turno, los bomberos no se dan abasto con las llamadas de emergencia que registra la dependencia todos los días a consecuencia de las altas temperaturas. El número de servicios se ha triplicado y aún faltan más de tres meses para que termine la temporada veraniega.
Aunque las autoridades federales han dicho una y otra vez que la frontera está cerrada, lo cierto es que las organizaciones criminales se las ingenian para cruzar a cuanto extranjero puedan ingresar por las colindancias del Condado de Doña Ana, en las cercanías de la ciudad de Sunland Park.
“Nosotros actuamos de inmediato cuando recibimos una alerta de la Patrulla Fronteriza siempre estamos listos para asistir a las personas que necesiten ayuda”, dijo Daniel Medrano, jefe del Departamento de Bomberos de la localidad.
Él, al igual que los elementos a su cargo, cada verano se enfrentan a una realidad que parece que nunca acabará. “El encontrar a las personas desmayadas o al punto del colapso por las inclemencias climáticas, por el extremo calor, el cansancio y desnutrición es desgarrador”, dijo Medrano tras enfatizar que los rescates en el desierto se han vuelto algo común en esta zona.
Las medidas antiinmigrantes implementadas por el gobernador texano Greg Abbott, han contribuido a que los grupos delictivos utilicen esta zona del Sur de Nuevo México para realizar sus actividades criminales sin que les importe exponer la vida de los migrantes que mueren por el calor extremo.
Medrano explicó que las llamadas de auxilio son cosa de todos los días en esta época del año al igual que el estrés que enfrentan los rescatistas al no poder socorrer a todos cuando se duplican o triplican las emergencias. “Tenemos que solicitar apoyo a otras agencias cercanas para dar soporte a las contingencias que se nos presentan”.