Expertos en salud aseguran que es un caldo de cultivo para bacterias, virus y parásitos que pueden causar infecciones gastrointestinales graves.
A pesar de las advertencias de los expertos y la clara evidencia de contaminación, el paraje conocido como el “Charco Azul” sigue siendo un destino popular para las familias de Monclova.
Situado en el cauce del Río Monclova, este espacio natural ha sido durante años un refugio para quienes buscan escapar del calor y pasar un día de recreo. Sin embargo, la creciente contaminación pone en riesgo la salud de sus visitantes, convirtiendo lo que debería ser un oasis en un potencial foco de enfermedades.
Contaminación. El “Charco Azul” enfrenta una grave amenaza debido a la Planta Tratadora de Aguas Residuales de Monclova. Esta planta, aunque diseñada para depurar aguas residuales, ha estado descargando agua gris en el Río Monclova, afectando directamente la calidad del agua en el “Charco Azul”.
El término “agua gris” se refiere a las aguas residuales domésticas que, aunque no contienen desechos fecales, sí están contaminadas con productos de limpieza, detergentes y residuos orgánicos que pueden ser nocivos.
La situación se agrava por la irresponsabilidad de los visitantes, quienes, en su afán de disfrutar del paraje, dejan basura y desechos en el río. La acumulación de plásticos, latas y otros residuos sólidos no solo contamina el agua, sino que también daña el ecosistema local, afectando a la fauna y flora del área.
Riesgos para la salud. El agua estancada en el “Charco Azul” es un caldo de cultivo para bacterias, virus y parásitos. Según el Doctor Uriel Govea, especialista en salud pública, la presencia de E. coli y Cryptosporidium es particularmente preocupante. “Estas bacterias y parásitos pueden causar infecciones gastrointestinales graves. Los síntomas más comunes incluyen diarrea, dolor abdominal y fiebre”, explica el Doctor Govea. “La exposición prolongada al agua contaminada puede llevar a infecciones cutáneas, incluyendo erupciones y dermatitis”.
La bacteria Escherichia coli (E. coli) es una de las más prevalentes en aguas contaminadas con desechos orgánicos. Su presencia indica contaminación fecal, y ciertas cepas pueden provocar graves problemas de salud, incluyendo infecciones urinarias y enfermedades gastrointestinales. Por otro lado, el Cryptosporidium es un parásito resistente al cloro que puede causar criptosporidiosis, una enfermedad que se manifiesta con diarrea acuosa, náuseas y dolor abdominal.
La realidad de los visitantes. A pesar de estos riesgos, muchos residentes de Monclova continúan visitando el “Charco Azul”. José Enrique Contreras, un padre de familia que acude frecuentemente al paraje, compartió su perspectiva. “Venimos aquí porque no podemos permitirnos otra cosa”, comenta. “La situación económica está difícil y traer a la familia aquí es mucho más barato que ir a un balneario. Sabemos que el agua no está limpia, pero no hemos tenido problemas hasta ahora”.
La historia de Contreras no es única. Muchas familias en Monclova enfrentan dificultades económicas que les impiden acceder a opciones de recreación más seguras. El “Charco Azul” representa una alternativa accesible, aunque implique riesgos que no pueden ignorarse.
Acciones necesarias. La situación en el “Charco Azul” requiere de una respuesta coordinada entre la comunidad y las autoridades. En primer lugar, es fundamental mejorar la infraestructura de la Planta Tratadora de Aguas Residuales para garantizar que solo se descarguen aguas tratadas adecuadamente. La instalación de sistemas de monitoreo de la calidad del agua en tiempo real podría ayudar a identificar problemas antes de que se conviertan en riesgos graves.
Además, es esencial llevar a cabo campañas de concienciación entre los visitantes del “Charco Azul”. Informar a la comunidad sobre los riesgos de la contaminación y fomentar prácticas responsables de eliminación de residuos podría reducir significativamente el impacto ambiental. El Ayuntamiento de Monclova podría implementar programas de limpieza y mantenimiento regulares para mantener la calidad del agua y del entorno.
Conclusión. El “Charco Azul” sigue siendo un símbolo de recreación y alivio para muchas familias en Monclova, pero la realidad de su contaminación no puede ser ignorada. La acción conjunta entre autoridades y ciudadanos es crucial para preservar este espacio.