'El jubileo en una vida como educador'.
Inspirado por sus hermanos, quienes se dedicaron a la docencia, fue que Amador decidió estudiar educación, pues su meta era apoyar a sus alumnos tal y como toda la familia lo hacía con las jóvenes generaciones que necesitaban ser educadas con amor y muchos conocimientos. Hoy en día, Amador es un profesor jubilado que recuerda con mucho cariño sus décadas estando frente a un grupo. Actualmente, escribir y declamar es su punto fuerte.
Su familia fue la fuente de inspiración para que se desempeñara como docente ¿Qué es lo que nos puede contar de ellos?
“Pertenezco a una familia de profesores donde todos mis hermanos se dedicaban a eso, a pesar de que mis papás estudiaron solo hasta el primer grado, eran muy humildes. Mi papá decía que yo estuve en una escuela donde le decían cero palotes porque hacías bolitas y palitos. Pero en verdad fue porque mis hermanos que soy maestro siempre me entusiasmaron, me contaban sus hazañas donde andaban en la sierra dando clases y estudié primero, ingeniería, pero llegué hasta segundo año y decidí irme a buscar cómo ser maestro y empecé a estudiar otra vez en lo que me gustaba”.
Fueron décadas de servicio ¿Específicamente cuantos años?
“Empecé a trabajar el primero de septiembre de 1971 y me jubilé en 2017, fueron 46 años de servicio en los que aprendí muchas cosas y estoy bien agradecido por todo lo que viví y al mismo tiempo aprendí”.
Su trayectoria es amplía. ¿En qué niveles educativos se desempeñó?
“En todos, fui profesor de Primaria, Secundaria, Preparatoria y Universidad de la UANE y UPN, con los chicos de universidad tuve todas las materias relacionadas con historia del arte, historia en general, oratoria también siempre me lo dejaban a mí todos tenían 2 semestres y yo me encargaba, pero también di pedagógicas como didáctica, historia de la enseñanza, técnica de enseñanza, pedagogía, antropología, en fin fueron infinidad de materias”
Con los años que vivió de servicio, dando todo por la educación, ¿Qué le dejaron los alumnos?
“Grandes amistades, grandes cariños, ellos les platican a sus hijos y a veces me dicen y mi papá plática que usted en las clases era buen maestro y así eso me da mucho gusto. A veces se acercan y me abrazan, me dicen que fui su maestro, eso me gratifica mucho”.
Fueron muchos años inmerso en la formación de futuros docentes ¿Qué actividades realizó y disfrutó?
“Haberme dedicado a la oratoria y poesía porque me gusta mucho declamar tengo varios escritos de poesía y dos libros de oratoria que yo se los pasaba a los muchachos en cursos, uno es llamado palabra y el otro maestro elocuente ese era para todos los docentes de la Universidad Pedagógica Nacional yo los ponía a que se enseñaran a hablar”.
Sigue siendo una persona muy activa ¿Cuáles son sus tareas diarias?
“Pertenezco a la Asociación de Cronistas e Historiadores de Coahuila de Zaragoza y al Colegio de Historia la Región Centro aquí en Monclova Coahuila, he escrito como 5 libros de historia, ahorita estoy contratado por editorial Milenio y me hacen encargos como recién me hicieron uno de escribir la historia de la cocina en Coahuila y ya se los mandé, les gusta como escribo y eso para mí es doble pago”.
Prácticamente, entregó su vida por las nuevas generaciones ¿Extraña estar frente a un grupo?
“Son tantas cosas buenas las que viví que no tengo cómo explicar lo mucho que estoy agradecido por ser un maestro y doy gracias por eso. Ahorita ya no me dejan dar clases, pero me dedico a participar en clubes y dar pláticas o voy a recitales de las escuelas y los apoyo con poesía declamada de más de una hora, siempre hago todo lo que está a mi alcance porque me gusta mucho lo que hago".