En una conversación con su colega Cillian Murphy, Margot Robbie contaba que había creado su personaje de Barbie basándose en las personas que no sienten su voz interior, ya que estas suelen reflexionar menos sobre lo que les ocurre en su vida diaria. No es algo excepcional, ya que un pequeño porcentaje de la población manifiesta la carencia que inspiró a la actriz australiana. Es lo que recientemente se ha bautizado como anendofasia.
La voz interna o voz interior es esa narrativa que acompaña silenciosamente a nuestras reflexiones, decisiones y procesos mentales cotidianos. Puede manifestarse como un diálogo, cuando hablamos con nosotros mismos, o como pensamientos verbales que surgen en forma de palabras o frases.
Este discurso interno se ha relacionado directamente con la conciencia, el estado mental que implica estar atento a nuestros pensamientos, emociones, sensaciones y percepciones y del entorno que nos rodea. También involucra la capacidad de reflexionar sobre nuestras experiencias y de tener una comprensión básica de quiénes somos como individuos.
Los estudios neurobiológicos en cerebros con daños cerebrales evidentes han vinculado ambos conceptos. Según han observado los científicos, la conciencia está asociada con el hemisferio izquierdo, que juega un papel significativo en el lenguaje en aproximadamente el 88% de las personas.
En una conversación con su colega Cillian Murphy, Margot Robbie contaba que había creado su personaje de Barbie basándose en las personas que no sienten su voz interior, ya que estas suelen reflexionar menos sobre lo que les ocurre en su vida diaria. No es algo excepcional, ya que un pequeño porcentaje de la población manifiesta la carencia que inspiró a la actriz australiana. Es lo que recientemente se ha bautizado como anendofasia.
La voz interna o voz interior es esa narrativa que acompaña silenciosamente a nuestras reflexiones, decisiones y procesos mentales cotidianos. Puede manifestarse como un diálogo, cuando hablamos con nosotros mismos, o como pensamientos verbales que surgen en forma de palabras o frases.
Este discurso interno se ha relacionado directamente con la conciencia, el estado mental que implica estar atento a nuestros pensamientos, emociones, sensaciones y percepciones y del entorno que nos rodea. También involucra la capacidad de reflexionar sobre nuestras experiencias y de tener una comprensión básica de quiénes somos como individuos.
Los estudios neurobiológicos en cerebros con daños cerebrales evidentes han vinculado ambos conceptos. Según han observado los científicos, la conciencia está asociada con el hemisferio izquierdo, que juega un papel significativo en el lenguaje en aproximadamente el 88% de las personas.