El Real Madrid se impuso al Barcelona en el primer enfrentamiento que midió a ambos conjuntos en la serie de Semifinales de los playoffs de la Liga Endesa (97-78) tras un choque en el que el argentino Facundo Campazzo (20 puntos y 31 de valoración) y el caboverdiano Walter Tavares (18 y 35) demostraron por qué son 2 de los jugadores más determinantes de Europa, y Sergio Llull que su talento no tiene fin.
El primer Clásico del tramo decisivo de la temporada llegaba en un momento complejo para los locales después de que no pudieran certificar con el título su gran temporada en la Euroliga tras caer en Berlín contra el Panathinaikos. Además, sobrevolaba en el ambiente el recuerdo de la Final liguera del pasado curso, donde los azulgranas no dieron opción y ganaron por 3-0.
Todas esas piedras las sacó de su mochila el Real Madrid, guiado por Campazzo y Tavares. El base y el pívot dieron un recital de inicio que luego sostuvieron en el tiempo, en paralelo al que la mediática cantante Taylor Swift ofrecía en el otro feudo blanco, el Santiago Bernabéu.
No solo entre los 2 anotaron los primeros 15 puntos de su equipo, 7 de Campazzo y 8 de Tavares, sino que lo hicieron sin fallar ninguno de los 7 tiros que lanzaron a canasta. Cuando acabaron se sumó Mario Hezonja, y a la conclusión del primer cuarto los de casa vencían por 10 (24-14).
Se recompuso rápido el Barcelona, saliendo intenso al parqué en el segundo acto. Elevado por un gran Óscar Da Silva, se puso primero a uno gracias a un parcial de 2-11, solo roto con un gran mate de Hezonja, y acabó adelantándose con los puntos posteriores a una técnica de Sergio Llull.
Sin embargo, fue lograr ese pequeño hito y desdibujarse por completo el equipo de Roger Grimau, poco inspirado desde el perímetro durante toda la primera mitad (2 de 12 en triples). Así, del 30-31 se pasó al 61-38, como consecuencia de un parcial entre cuartos de 31-7.
El golpe en la mesa comenzó dándolo Campazzo y Guerschon Yabusele, que entre otras cosas anotó una canasta rocambolesca justo antes del descanso. Y ese primer temblor tornó en terremoto tras el paso por los vestuarios, cuando el Barcelona solo pudo responder con una canasta de Álex Abrines a los primeros 17 puntos del rival.
Ahí tocó fondo el cuadro visitante, que desde ese momento se esforzó por no ahogarse y sacar la cabeza. El impulso se lo dio Nico Laprovittola, liderando un parcial de 3-13 con 6 puntos de su cosecha para poner el 64-51. Pese a todo no permitió el anfitrión que su renta bajase de la decena a la media hora (72-62).
El cuarto de desenlace empezó con los azulgranas situándose a 8. Y entonces apareció Llull para solucionar el problema con uno de esos arranques de genialidad individual que aún se guarda para las ocasiones especiales. El balear clavó 4 triples seguidos en 4 tiros que noquearon al contrario y apagaron de golpe todo amago de remontada.