No hubo barrida en la final de la Conferencia Oeste. Los Minnesota Timberwolves se tomaron un respiro al vencer, 105-100, a los Dallas Mavericks en el Juego 4 de la eliminatoria, que sigue en poder de los pupilos de Jason Kidd por 3-1.
Con la obligación de ganar para alargar al menos un partido más su serie. Los Wolves se plantaron en la American Airlines Center y lo hicieron con su defensiva por delante, esa que los hizo deshacerse en las fases previas de Phoenix y Denver, dos de los grandes favoritos al título en el Salvaje Oeste.
Para derrotar a Dallas sabían que la clave pasaba por detener a Luka Doncic y Kyrie Irving, y de cierta forma lo lograron al limitarlos a una cifra combinada de 44 puntos. Luka tuvo un triple-doble de 28 unidades, 15 rebotes y 10 asistencias, pero no le alcanzó para evitar la derrota.