El actor es consciente del trastorno de comportamiento que padece desde hace casi 20 años
Héctor Suárez Gomís cuenta que, en 2005, fue diagnosticado por Asperger, un trastorno del comportamiento dentro del espectro autista, el cual lo ha llevado a ser una persona con memoria intachable y también con ciertas obsesiones, como la de cumplir con rutinas estrictas. Del mismo modo, esta condición le ha dificultado ser una persona sociable, motivo por el que siempre se ha enfocado en sus intereses y alimentarlos a través de la investigación.
En una entrevista con "Burro" Van Rankin, Suárez Gomís sorprendió al conductor por ser tan preciso con las fechas que mencionaba, relacionadas a diferentes aspectos de su vida, como cuando nombró el día exacto en que debutó en la obra "Vaselina" en 1984, cuando tenía 14 años.
Para Van Rankin fue impensable que a los 55 años de Héctor tuviera la facultad para describir recuerdos de forma tan vívida como lo hacía, habilidad que el comediante asoció con el asperger que padece.
"¿Qué medicinas tomas para... (la memoria), sukrol o qué?", le preguntó el Burro.
"Ya te lo dije, se llama Asperger, tengo Asperger, wey", expresó "el Pelón" Gomís, como también es conocido.
Fue así que Van Rankin reconoció que desconocía de qué se trataba el trastorno, por lo que el actor le explicó que se trataba de un trastorno que reducía sus habilidades sociales y maximizaba su capacidad de concentración o de memoria.
Además, destacó que no todas las personas que tienen asperger lo viven de la misma manera, pues es una condición que se presenta en diferentes grados.
"Está dentro del espectro autista, mi grado, si lo llamamos en grados, soy funcional, cuando me lo explicó mi psiquiatra me dijo: ´-Del cero al 10, tú estás como en un cuatro´".
"No dejó de tener cositas; la rutina, hacer lo mismo todo el tiempo, irte por el mismo camino, ir a los mismos lugare,s pedir siempre lo mismo; parte de esto tiene que ver con la memoria", detalló.
El hijo de Héctor Suárez dijo que el Asperger le fue diagnosticado en 2005, cuando tenía 36 años.
A partir de ese momento -confió- pudo ser más comprensivo consigo mismo, del mismo modo que su madre, doña Pepita Gomís, y su padre Héctor pudieron entender mejor su personalidad, pues a lo largo de su vida, atravesó muchos problemas, hasta con exparejas, por la forma en que se relaciona."Me cuesta mucho trabajo relacionarme, las relaciones humanas, tanto de amistad y con pareja es complicado, afortunadamente, qué bueno que me lo diagnosticaron, porque me pude comprender mucho más y cuando se los platiqué a mis papás, ellos me pudieron comprender mucho más".