Sí, deberíamos estar acostumbrados a estas altas temperaturas, pero la verdad sea dicha: ¡En el transporte se incrementa!
Levantarse cada mañana para cumplir con las responsabilidades que cualquier ciudadano promedio tiene, no es cosa del otro mundo, pero comenzar el día abriendo la puerta de tu hogar y recibir una bocanada o "llamarada" de aire caliente a plenas ocho de la mañana... ¡Eso sí, es agobiante!
Y es que desde el primer minuto de tu actividad sabes que te espera un largo día y que poco a poco la temperatura irá aumentando; por si fuera poco, caminar hasta el parabús más cercano, esperando tu transporte público, sin saber si llegará en 5, 15, 30 minutos o hasta una hora, es todo un viacrucis.
Psicológicamente, te preparas para preocupaciones "urbanas": ¿Me tocará sentado o parado? ¿Lejos de la ventana? ¿Voy a soportar el mal carácter, que tal vez el calorón llegue a causar en más de uno?
Sí, esta es la situación que la mayoría de los monclovenses enfrentan durante los meses más calientes en la ciudad de Monclova. Tomar el transporte público no es una opción, es una necesidad para que trabajadores, estudiantes y todo tipo de ciudadanos puedan trasladarse hasta su destino y algunos, incluso, toman 2 camiones o más para dirigirse a un solo punto, viajando de un extremo a otro.
Ni hablar de las infernales horas pico, en donde estudiantes salen de sus escuelas y trabajadores van a comer ¡todo se junta! Las paradas de camión parecen una marabunta: Jóvenes y adultos corren por las calles, para agarrar lugar y también buscan sombrita en lo que esperan su ruta; muchos de ellos ni siquiera logran conseguir ni una rayita de sombra de un poste y mucho menos de un árbol, esos ya están en "extinción" y son contados. Después de unos 30 minutos, por fin, llega, el tan esperado transporte que te llevará a tu destino: Te subes, le entregas tus 13 pesos al chófer, que, para colmo, también tiene mucho calor, está de mal humor y sudando a chorros.
Recorres el pasillo entre asientos desgastados y esquivando a las personas que van paradas porque se llenó, entre olores corporales, que se encierran por el calor sofocante y las ventanas que no abren. Así que te resignas a que te espera otro largo camino de aproximadamente 40 minutos, o 30, si es que el chófer juega arrancones con el de la ruta de a lado.
Pero no todos lo logran, hay quienes ya no cupieron dentro del camión que se supone, los llevaría hasta su destino, en lugar de 13 pesos, tienen que sacar 50 pesos o más, para poder tomar un carro de sitio o Indriver, esto definitivamente ya es un lujo, pero recuerda que hay más de 40 grados en el termómetro y ya no soportas más, es decir, que destinarán una quinta parte de su salario, que generalmente suele ser el mínimo.
Son las 7 de la tarde, si acabas de salir de tu trabajo, ni te emociones: La temperatura sigue siendo mayor a los 42 grados centígrados, a pesar de que el sol comienza a ocultarse, pues recuerda muy bien, estamos en Monclova, solo queda acostumbrarse a lo desgastante que suele ser este ritmo de vida utilizando el transporte comunitario. Y así, inicias el camino de retorno de nuevo, pero más recalcado, pues ya van todos ajetreados de una jornada laboral en "la sucursal del infierno".
Todavía falta el verano, de las temporadas en las que la localidad suele romper récord nacional por las altas temperaturas.
Y así es como miles de ciudadanos se enfrentan a una lucha constante cada día con el transporte, que, por años, ha brindado un servicio poco benéfico a los ciudadanos a pesar de los incrementos en las tarifas y un nulo aire acondicionado.