Mientras la cantante asegura que se encuentra bien, medios estadounidenses opinan lo contrario
Britney Spears dijo que el mejor día de su vida había sido hace casi tres años, cuando volvió a ser libre tras estar durante más de 13 años bajo la tutela de su padre, sus decisiones y su fortuna, valorado en unos 60 millones de dólares, no estaban en su poder.
Ahora, Britney es libre y han ocurrido muchas cosas desde entonces, se divorció de Sam Asghari, sacó un libro autobiográfico, ha tenido acercamientos con cantantes, lo que hizo suponer a sus fans que pronto podría regresar a la música, sin embargo, a inicios de este 2024 aclaró que nunca volvería a la industria musical.
Medios como TMZ asegura que Spears necesita estar bajo una nueva tutela para poder asegurar su bienestar a largo plazo, pues actualmente su vida es un desastre, está despilfarrando su fortuna, se ha visto involucrada en escándalos junto a su nueva pareja Paul Soliz, y su salud mental, afirman, ha ido en picada desde que recuperó su libertad.
En redes, la llamada "princesa del pop" aparece diariamente en videos posando vestidos, muchos de ellos que no logra abrochar, en otros videos aparece bailando, y en otras ocasiones comparte reflexiones o extrañas fotografías que no pueden ser comentadas por sus seguidores porque tiene bloqueados los comentarios.
Britney Spears estaría pasando un mal momento
De acuerdo al sitio TMZ, Britney Spears tiene cambios de humor radicales y, a menudo, sufre de ataques de ira que terminan en violencia física; hay ocasiones en las que es imposible comunicarse con ella porque no puede entablar una conversación racional.
Según fuentes del sitio de espectáculos, su pareja Paul Soliz, catalogado como un delincuente, dirige su casa y su vida; por si esto fuera poco, la intérprete de "Oops!...I Did It Again" sigue consumiendo drogas que ya había combatido en el pasado con rehabilitación.
TMZ hace énfasis con que de acuerdo a sus testimonios, Britney Spears corre peligro, por lo que necesita una nueva tutela que no esté a cargo de su padre Jamie Spears, con quien la cantante ya saldó cuentas y por cierto salió perdiendo económicamente hablando, pues, como señala el sitio de espectáculos estadounidense, pagó la factura del abogado de Jamie de 2 millones de dólares.