En México, aproximadamente 40 millones de personas sufren de hipertensión arterial, una enfermedad silenciosa pero letal que, de no tratarse adecuadamente, puede desencadenar graves complicaciones como infartos al miocardio, eventos cerebrovasculares y enfermedades renales crónicas.
Estas condiciones están entre las principales causas de muerte en el país, según el responsable del Servicio de Hemodinamia del Hospital Juárez de México (HJM).
La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) Continua 2022 revela una preocupante realidad: tres de cada cinco adultos mexicanos no tienen un diagnóstico de hipertensión. Esta falta de diagnóstico y control representa un enorme desafío para el sistema de salud, ya que la hipertensión no controlada puede llevar a discapacidad, mala calidad de vida y mortalidad
En una entrevista con motivo del Día Mundial de la Hipertensión, que se celebra el 17 de mayo, el experto del HJM destacó varios factores de riesgo que contribuyen al desarrollo temprano de esta enfermedad. El sedentarismo, el consumo de alimentos procesados con alto contenido de sodio, el alcohol y el tabaco son hábitos que cada vez más afectan a personas desde los 30 años.
El especialista subrayó que en tres décadas la mayoría de los mexicanos tendrán 60 años o más, lo que hace urgente un esfuerzo conjunto entre los profesionales de la salud y la población para fomentar hábitos saludables desde la infancia.
La hipertensión arterial facilita la acumulación de colesterol en los vasos sanguíneos, dañando gravemente las arterias. "La única forma de frenar este vecino silencioso es detectarlo, diagnosticarlo y controlarlo", señaló, recomendando medir la presión arterial al menos cada 15 o 20 días y seguir estrictamente el tratamiento médico.
La prevención de la hipertensión requiere un enfoque integral. El experto recomienda una rutina diaria de actividad física, como caminar o correr durante al menos 30 minutos, una alimentación saludable rica en verduras y frutas, evitar alimentos industrializados con alto contenido de sodio, no consumir alcohol ni tabaco, y gestionar el estrés, el sobrepeso y la obesidad.
Una persona puede sospechar de hipertensión arterial si experimenta síntomas como falta de aire al hacer ejercicio, sensación de opresión en el pecho, dolor de cabeza, zumbido de oídos y mareos. En tales casos, es crucial acudir a un médico para un diagnóstico oportuno.