A pesar de los sentimientos encontrados, el Padre José David está entusiasmado por regresar a Monclova y trabajar con la cálida comunidad local
Recientemente en la parroquia de San Juan Bautista de la Salle de Monclova, se celebró la santa misa y toma de posesión de su III párroco, José David García Rosales, quien lleva más de 35 años en función como sacerdote, perteneciendo a diversos logueres en las ciudades de Monclova y Saltillo como formador.
En la toma de posesión se contó con la presencia del Obispo Hilario González García con el objetivo llevar a cabo la ceremonia correspondiente. Ante esta nueva encomienda, el párroco expuso tener sentimientos encontrados, pues tiene que alejarse de la parroquia en donde se desarrollaba en Santa Teresita, Saltillo, pero a la vez siente mucho entusiasmo por regresar a Monclova a trabajar con personas que ya ha conocido a lo largo de su carrera.
Aclaró que quien anteriormente ocupaba el puesto que ahora se le otorgó a él fue el padre Lázaro Hernández, quien ya tiene más de 75 años de edad y todo párroco debe presentar su renuncia a esa edad, en determinado momento el obispo acepta la renuncia y le establecen otro cargo, pero en el caso de padre lázaro, se le otorgó el tiempo que necesite para recuperarse, ya que no se encuentra en un estado óptimo de salud.
Recibimiento. Destacó que espera mucha simpatía por la comunidad monclovense, pues sabe que la gente de esta entidad es muy cálida, lo cual agradece y reconoce, pues en su bienvenida demostraron este gran valor que caracteriza a la mayoría de las personas, por lo que se tiene que esforzar para corresponder al cariño de la gente.
Agregó que actualmente las personas de la comunidad monclovense viven uno de los momentos más complicados en cuestión de empleo y economía, sin embargo, la mayoría siempre logra encontrar un refugio en la iglesia, por lo que hay que ofrecer apoyo en ese sentido, correspondiendo a las necesidades actuales que atraviesa esta población.
Labor. El párroco aclaró que él viene de una comunidad muy movida y entusiasta en la ciudad de Saltillo, por lo que evidentemente tendrá que cambiar de ambiente, sin embargo, esto siempre tiene que formar parte de la labor de un sacerdote, por lo que está dispuesta a hacer lo posible por poner su granito de arena para poder desarrollar y generar esa confianza que los feligreses merecen, por lo que no dudará en dar lo mejor de sí para cumplir al pie de la letra con la labor que recientemente le fue otorgada.