El amor de una madre desde la perspectiva de gente luchadora

Se entrevistó a gente de la ciudad, en sus quehaceres del día, para cuestionarles si se quiere más a una madre viva o ya trascendida, se hicieron muchos nudos en la garganta. 

Hoy 10 de mayo Día de las Madres, El Tiempo realizó un recorrido por Piedras Negras, para conocer como inspira a las mamás entre la gente trabajadora. 
Y, si se quiere más viva o cuando ya no se tiene entre nosotros.
Todos coinciden que el amor de una madre es paciente y perdona cuando los demás abandonan. 
Y Ella no flaquea, no falla, incluso cuando el corazón está roto.

Las flores te dicen todo. Enrique Hernández de florería “El Colibrí”, responde a la pregunta con una sola frase: “la gente compra más flores naturales”.
Explica que las flores artificiales se venden poco, esas son para llevarlas al panteón. Las naturales se venden más y son para las mamás que están vivas.
“Quizá se estén olvidando de ellas, no lo sé la verdad. Yo siento que el amor es el mismo…pero es lo que es”.
Luego regresa a lo suyo a la venta de flores, atendiendo a dos clientes que aguardaban la entrevista con respeto e interesados.

El amor de un adicto. Juan y Luis caminaban kilómetros con su canasta de dulces a 40 grados.
“No hay otro ser que se quiera más como a una madre. Mira carnal, la hice sufrir mucho con mi drogadicción, pero no puedo olvidarla, la extraño mucho”, dice Juan, un soldado de Jesús de la Casa de Rescate en Nava.
Luego cierra los ojos un momento e implora: ella me enseñó muchas cosas, a amar a respetar, y yo debía protegerla, cuidarla y amarla. Pero aunque fallé, sé que me sigue cuidando. “Si vas a sacar algo, pónle allí reportero. No hay día que no la extrañe”.

Una taxista feliz. Patricia afirma vehemente sentirse feliz y contenta por su trabajo de taxista, porque, aunque se queme de calor y de cansancio, tiene a tres hijos y el amor de su madre. “Yo no podría responder a tu pregunta, pero el amor de mi madre me hace sentir capaz de todo. Ella es el motor que me impulsa. Muerta…se me acabaría el mundo", menea su cabeza de un lado a otro, como negando esa posibilidad.

Sol que derrite. Tres chicas con sombrilla y un sol a 40 grados, trabajadoras de Totol Play, se sorprenden con la pregunta.
Una de ellas, tiene hijos, trabaja bajo el sol y estudia, pero además tiene a su madre con ella.
“Ese amor por mi madre y mis hijos me hacen moverme, no puedo parar. No puedo llegar a la casa y decirles que fracasé, que no hay comida ni dinero. Eso no va a pasar porque ella me ayuda y Dios no me abandona”.
Una más, Lorena, cierra los ojos para no responder si se quiere más a una mamá cuando está viva o ya no está entre nosotros. “Es difícil, lo siento no puedo”. Todas aceptan que la mamá es es lo mejor.

ver en sitio completo: El amor de una madre desde la perspectiva de gente luchadora