Romina, Sinaí y Ema son las trillizas de tan solo 17 días de nacidas quienes colocaron en Mónica Torres el título de madre.
A sus 27 años de edad fue un bendecido balde de agua fría el que Mónica recibió al saber que estaba embarazada de trillizas, pues luego de 4 años en donde había intentado ser madre sin obtener éxito y ya sin esperanza alguna de pronto su vida dio un giro de 360 grados cuando le dijeron que se convertiría en madre de 3 niñas.
Romina, Sinaí y Ema son las trillizas de tan solo 17 días de nacidas quienes colocaron en Mónica Torres el título de madre. Con amor, paciencia y demasiados retos es cómo se enfrenta por primera vez a la maternidad y de manera triple. Las similitudes de las pequeñas son únicas y aunque a veces es difícil diferenciarlas, el instinto de madre nunca se equivoca.
¿Cómo es la maternidad?
“Es algo que estoy viviendo desde cero, muy difícil, la primera semana no dormía ni un minuto, todo el tiempo veía a mis hijas asegurándome que respiraran y estuvieran seguras”, relató Mónica, quien desde el minuto 1 activó su también instinto de protección.
Fue el 23 de abril en cuanto la vida le puso en sus brazos a sus 3 hijas, de las cuales 2 son gemelas y una más cuata. Son pocas horas las que duerme al día, ya que en todo momento permanece pendiente de sus bebés, pero agradeció infinitamente en que son niñas tranquilas que solamente lloran cuando tienen hambre cada 3 horas. Su vida cambió irrefutablemente, pues tuvo que irse a vivir a casa de su madre para que la apoye durante los primeros meses, ya que cuidarlas es muy difícil. “Tengo un buen esposo que me ayuda de más, él se está adaptando muy rápido a ellas, pero cuando está trabajando yo necesito a alguien que me ayude es por eso que mi madre me apoya demasiado está aprendiendo conmigo como tratar a mis niñas y es algo que le agradezco mucho” he aquí el claro ejemplo de otra madre quien hace lo imposible por ayudar a sus hijos.
Hoy en día Mónica teme en sacar a sus hijas a la calle, ya que, el hecho de ser trillizas, las vuelve muy llamativas ante los ojos de los demás y piensa que pueden ser susceptibles a algún peligro. Esta madre contadora recuerda como tuvo que dejar de trabajar en su negocio de snack debido a la gran carga que tiene con sus niñas y es algo que extraña debido al éxito que tenía además ser una mujer activa que ha trabajado desde antes de la mayoría de edad es algo que siempre la ha caracterizado, pero decidió renunciar a ello para dedicarse a sus hijas, ya que teme alguien más no las cuide como merecen.
“Por ahora no voy a trabajar, pero cuando estén más grandes veré cómo me pongo a vender algo porque yo quiero darles lo mejor y estoy acostumbrada a valerme por mí misma y eso quiero enseñarles a mis niñas”. Por ahora su vida no ha sido pausada, pero sí es un momento para dedicarles pleno amor y cuidado.
Complejidad. Se trata de 3 niñas prácticamente iguales, pero una estrategia que la familia adoptó para distinguirlas es que las gemelas tienen un par de aretes plateados y una es más delgada que otra mientras que la cuatita utiliza unos aretitos rojos, “si quiero estar segura de cuál es cuál y me fijo en los aretes, pero el amor de mamá no se equivoca y yo estoy siendo parte de ellas, es lo más especial que tengo en la vida”.
Anhelo. Como toda madre, tiene la ilusión que sus pequeñas sean profesionistas y exitosas con logros que las lleven a una vida feliz y plena.
Al cuestionarla sobre cómo vivirá este 10 de mayo, Mónica dijo: “Me agradezco que me festejen, le digo a mi esposo que le di 3 hijas y quiero un día bonito”, debido a la edad de las menores, festejarán esta especial fecha en casa con una épica carnita asada que se caracteriza al norte del estado.
Feliz Día de las Madres Mónica.