Diseñan una vacuna dirigida para tratar la dermatitis atópica

La dermatitis atópica es una enfermedad inflamatoria caracterizada por la sequedad, enrojecimiento y descamación de la piel, lo que en muchas ocasiones provoca un picor muy intenso y molesto. Una enfermedad cuya incidencia se ha incrementado en un 200-300% en las tres últimas décadas. De ahí la importancia de un estudio llevado a cabo por investigadores del Trinity College Dublin (Irlanda) sugiere que una «vacuna adaptada» podría ser la clave para tratar los brotes de eccema en niños provocados por bacterias.

El equipo ha avanzado en la comprensión de cómo funciona la respuesta inmune en casos de eccema provocado por la problemática y común bacteria Staphylococcus aureus y, al hacerlo, ha identificado nueva dianas celulares para el diseño de una vacuna.

 

Los síntomas comunes del eczema incluyen picazón, piel seca y, cuando hay bacterias involucradas, heridas supurantes que pueden progresar a infecciones más graves y tener un efecto perjudicial en la calidad de vida de los pacientes y sus familias. Aunque son muy raras, pueden surgir infecciones sistémicas potencialmente mortales, como la septicemia.

Por lo tanto, señala Julianne Clowry, autora principal del estudio, «existe una necesidad real de nuevas opciones para tratar y prevenir los brotes infectados de eccema en los niños. Las estrategias actuales tienen un éxito limitado y, incluso cuando brindan alivio, los efectos pueden ser a corto plazo, ya que los síntomas suelen reaparecer. Aunque en algunos casos se necesitan antibióticos, los científicos se están esforzando por ofrecer opciones alternativas debido a los crecientes problemas que plantea la resistencia a los antimicrobianos».

En este sentido, comenta, una vacuna personalizada se muestra como un objetivo muy atractivo, «ya que podría limitar la gravedad del eccema, conducir a mejores resultados más duraderos y reducir la necesidad de antibióticos, al mismo tiempo que reduce el riesgo de complicaciones y potencialmente el desarrollo de otras enfermedades atópicas, como el asma».

Los investigadores descubrieron importantes «firmas inmunitarias» en los 93 niños con brotes infectados de eccema . Identificar estas firmas les proporciona nuevos objetivos específicos, lo que resulta útil desde una perspectiva teórica del diseño de vacunas.

Trabajando con estos niños de entre 0 y 16 años, compararon las respuestas inmunitarias entre tres grupos de pacientes: eccema y una infección cutánea confirmada por S. aureus, eccema pero ninguna infección cutánea por S. aureus y un grupo sano de voluntarios.

El descubrimiento clave fue que las proporciones de ciertas células inmunes conocidas como «células T», así como de otros biomarcadores, variaban considerablemente en los diferentes grupos. Hay muchos tipos diferentes de células T en nuestro cuerpo, pero todas desempeñan funciones únicas en nuestra respuesta inmunitaria, ayudando a regular la forma en que respondemos a las infecciones.

Sistema inmune

Este resultado principal destaca que la respuesta inmune se vio afectada en aquellos con brotes infectados de eccema, con la supresión de algunas de las células T importantes que impulsan una respuesta inmune efectiva. Estos hallazgos proporcionan un modelo temprano para el desarrollo de terapias futuras que podrían proporcionar un alivio eficaz y específico de los brotes recurrentes de eccema.

Rachel McLoughlin, autora principal del estudio, subraya que su estudio «ha identificado un patrón general de supresión inmune asociado con brotes infectados de eczema , que resulta en la supresión de células T específicas que son vitales para ayudar a iniciar el tratamiento para una respuesta inmune eficaz. Ahora es necesario seguir trabajando para ampliar el alcance de estos resultados, ampliándolos a un mayor número de personas. Esto ayudará a confirmar si los patrones identificados son consistentes entre diferentes grupos de edad y en subgrupos con mayor diversidad étnica».

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