El Nápoles se despidió prácticamente de cualquier opción de disputar la próxima edición de la Liga de Campeones de futbol tras dejar escapar la victoria (1-1) en su visita al campo del Udinese con un gol del nigeriano Isaac Success en el tiempo de prolongación.
Un ejemplo más de lo poco o nada en que se parece el actual conjunto partenopeo al vibrante equipo que se coronó el pasado año por tercera vez en su historia campeón de la Liga italiana tras empatar precisamente en su visita a Udinese.
Lo único en común que parece tener este Nápoles, que va por su tercer entrenador, y el equipo dirigido el pasado año por Luciano Spalletti, actual entrenador italiano, es la efectividad del delantero nigeriano Victor Osimhen.
Si el pasado año un gol del internacional nigeriano dio al Nápoles el punto que necesitaba en su visita a Udine para alzarse con el scudetto, este lunes Osimhen pareció poner al Nápoles en el camino de la victoria, al establecer a los 51 minutos el 0-1 al enviar a las redes un centro de Matteo Politano.
Un gol al que Osimhen, que todo hace indicar que no continuará la próxima temporada en las filas del Nápoles, añadió un segundo a falta de 10 minutos para la conclusión tras culminar un magnífico pase en profundidad del eslovaco Stanislav Lobotka.
Tanto que finalmente no subió el marcador tras comprobarse que el atacante nigeriano se encontraba, pese a que Lobotka retrasó por este mismo motivo el pase hasta en 2 ocasiones, en posición antirreglamentaria.
Una decisión que abrió las puertas a la esperanza a un Udinese que no desaprovechó esta nueva oportunidad e igualó la contienda (1-1) a los 92 minutos con un gol del nigeriano Isaac Success.
Resultado que permite a los del Friuli seguir soñando con una permanencia de la que le separan 2 puntos, mientras que condena al Nápoles a despedirse de manera, casi definitiva, de la Liga de Campeones.