El tabaquismo es un hábito que conlleva numerosas consecuencias devastadoras para la salud. Desde enfermedades pulmonares hasta un mayor riesgo de padecer cáncer, los efectos negativos del tabaco son ampliamente conocidos.
Sin embargo, lo que muchos desconocen es el asombroso proceso de recuperación que experimentan los pulmones después de abandonar este hábito nocivo.
El tabaquismo está estrechamente relacionado con una serie de enfermedades graves, que van desde el cáncer de pulmón hasta problemas cardiovasculares. La respuesta te sorprenderá: ¡el proceso de recuperación comienza desde el mismo momento en que apagas tu último cigarrillo! A continuación, te detallamos los hitos más importantes en este viaje hacia pulmones más sanos:
La buena noticia es que los pulmones tienen una capacidad asombrosa para recuperarse después de dejar de fumar. Según la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, estos son los beneficios que puedes experimentar:
20 minutos después: La presión arterial y el ritmo del pulso vuelven a la normalidad.
12 horas después: Los niveles de monóxido de carbono en la sangre disminuyen.
2 semanas a 3 meses después: Mejora la circulación y la función pulmonar aumenta.
1 a 9 meses después: Disminuyen la tos y la dificultad para respirar, y los pulmones tienen una mayor capacidad para limpiarse y reducir el riesgo de infecciones.
1 año después: El riesgo de enfermedad cardíaca se reduce a la mitad y el riesgo de sufrir un ataque cardíaco disminuye considerablemente.
Superar la adicción al tabaco puede ser todo un desafío. Sin embargo, existen algunas estrategias que pueden ayudar a resistir el deseo de fumar:
Masticar algo: Mantener la boca ocupada con chicles sin azúcar, frutos secos o zanahorias crudas puede ayudar a reducir los antojos de tabaco.
No fumar "solo uno": Creer que se puede controlar el consumo de tabaco fumando "solo uno" suele ser un error que conduce a recaídas.
Realizar actividad física: La actividad física puede distraer la mente y reducir los antojos de tabaco.