La tiroides, esa pequeña glándula en forma de mariposa ubicada en la base de tu cuello, juega un papel crucial en tu organismo. Regula tu metabolismo, controla tu energía, cuida de tu corazón y hasta influye en tu estado de ánimo.
Sin embargo, no está exenta de amenazas. Diversos factores pueden alterar su funcionamiento y desencadenar enfermedades como el hipotiroidismo.
La Dra. Alessandra Luque, especialista del Servicio de Endocrinología y Nutrición del centro médico-quirúrgico Olympia Quirónsalud, revela los siete principales villanos que ponen en riesgo la salud de tu tiroides y te brinda las claves para identificarlos y combatirlos.
1. Los invasores silenciosos: los trastornos autoinmunes
Nuestro sistema inmunológico, en ocasiones, se confunde y ataca a nuestros propios órganos como si fueran enemigos. En el caso de la tiroides, esta lucha interna se traduce en enfermedades como la Enfermedad de Hashimoto, la causa más frecuente de hipotiroidismo en la actualidad.
Síntomas: Falta de energía, aumento de peso inexplicable, piel seca, estreñimiento, intolerancia al frío y caída del cabello.
Diagnóstico: Análisis de sangre.
Tratamiento: Sustitución hormonal con levotiroxina.
2. La carencia del yodo: un nutriente esencial
El yodo es un mineral indispensable para la producción de hormonas tiroideas. Su deficiencia puede provocar bocio, crecimiento de la glándula tiroides, e incluso hipotiroidismo.
Prevención: Suplementación con yodo y consumo de alimentos ricos en este mineral, como pescados, mariscos, huevos y sal yodada.
3. Los tumores: crecimientos no siempre amigables
La formación de nódulos dentro de la glándula tiroidea puede afectar su función. Afortunadamente, la mayoría son benignos. Sin embargo, un 5% puede ser maligno.
Detección: Ecografía.
Tratamiento: Depende del tamaño, la localización y la naturaleza del nódulo. Puede incluir seguimiento ecográfico, cirugía o tratamientos menos invasivos.
4. La sombra de la radioterapia
La radioterapia en el cuello, utilizada en el tratamiento del cáncer de cabeza y cuello, puede dañar la tiroides y aumentar el riesgo de hipotiroidismo o cáncer de tiroides, especialmente si se administró en la infancia.
Monitoreo: Seguimiento médico con análisis de hormonas tiroideas.
5. Medicamentos: aliados o enemigos
Ciertos medicamentos, como el exceso de yodo en fármacos cardíacos o los utilizados en radiografías, el litio para el trastorno bipolar o la inmunoterapia contra el cáncer, pueden interferir con la función tiroidea.
Precaución: Informar a tu médico sobre todos los medicamentos que consumes.
6. Las infecciones: un ataque viral
Las infecciones virales respiratorias altas, como los resfriados, pueden desencadenar una tiroiditis, una inflamación temporal de la glándula.
Síntomas: Dolor en la glándula, fases de hipertiroidismo e hipotiroidismo.
Tratamiento: Antiinflamatorios para el dolor. Suele resolverse sin necesidad de tratamiento específico.
7. La herencia: una predisposición familiar
Los genes también juegan un papel en el desarrollo de enfermedades tiroideas. Si tienes antecedentes familiares, estás más propensa a padecerlas.
Prevención: Consulta con tu médico si tienes familiares con enfermedades tiroideas.
Los síntomas del hipotiroidismo pueden ser sutiles y aparecer gradualmente. Si presentas alguno de ellos, no dudes en consultar a un especialista. Un análisis de sangre te dará la respuesta. ¡Tu tiroides te lo agradecerá!