Para ordeñar ductos de Pemex, criminales amenazan a trabajadores de seguridad de la empresa y cobran cuota a sindicalizados de varias áreas.
Para ordeñar combustible a sus anchas de los ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex) los criminales extendieron sus amenazas a trabajadores de Salvaguardia Estratégica, encargados de proporcionar seguridad a las instalaciones de la empresa, y de paso, cobrar cuotas a sindicalizados que laboran en distintas áreas.
"Los agentes de seguridad deben pasar a determinadas horas, horario convenido con la maña, para evitar que sean emboscados, o atacados cuando están de descanso. Saben dónde viven o de dónde vienen los compañeros", alertó uno de los trabajadores sindicalizados de la Refinería de Tula, en Hidalgo, estado que lidera en la colocación de tomas clandestinas a ductos.
En algunos casos, los agentes pasaron a ser, por la fuerza, informantes de las organizaciones criminales sobre el despliegue del Ejército y el envío de gasolinas en ductos, afirmó un superintendente Seguridad Estratégica de Pemex."Pican (los huachicoleros) cuando no hay empaque de producto, cuando no hay presión, para eso deben tener la información de eso desde las oficinas de la Refinería o donde estén los operarios. Los compañeros han sido amenazados para dar ese tipo de información, entendemos que hay denuncias en curso, pero mientras en las brigadas prevalece el miedo", dijo el superintendente.
"Además, anticipan sobre las acciones militares, por eso sólo se encuentran bidones vacíos en los operativos y mangueras tiradas, ya sin combustible ni huachicoleros", refirió.
Fuentes del gremio y de Pemex aseguraron que en Sinaloa, Tamaulipas, Hidalgo y Veracruz, principalmente, los trabajadores reconocen amenazas directas para evitar operativos o avisar a los criminales de éstos.
Reconocieron que las acusaciones sólo las hacen saber a sus mandos, para evitar represalias de la delincuencia.
De acuerdo con cifras del Gobierno federal, en 2023 los huachicoleros ordeñaron en promedio 4.7 mil barriles diarios.
En 2020, cuatro agentes de Seguridad Física de Pemex fueron asesinados en San Juan del Río, Querétaro, tras un operativo contra huachicoleros.