Las cifras de acoso escolar en Coahuila pasaron de 28 casos confirmados en 2022, a 45 en 2023.
Al sumar en Coahuila 85 casos de violencia y agresiones contra niños, niñas y adolescentes en las escuelas durante los últimos tres años, desde la tribuna del Congreso estatal se lanzó un exhorto al secretario de Educación, Emanuel Garza Fishburn, para que de manera urgente se adopten medidas para prevenir, detectar y contrarrestar esta situación.
Fue la diputada Magaly Hernández Aguirre quien presentó el planteamiento mediante el que se hace un atento llamado al secretario de Educación, “para que se emprenda un replanteamiento total de las políticas, protocolos y demás acciones públicas, para adoptar medidas verdaderamente eficaces para prevenir, detectar y contrarrestar la violencia y las agresiones en las escuelas”.
Datos. Dentro de los motivos que apoyan el punto de acuerdo se detalló que las cifras de acoso escolar en Coahuila han pasado de 28 casos confirmados en 2022, a 45 en 2023 y a esto se suman las 12 carpetas que mantiene abiertas la SEDU por abuso de trabajadores de la educación contra alumnos en este 2024.
Destacó que los casos anteriores son sólo los eventos reportados, por lo cual se considera que la cifra negra sea mucho mayor, sin embargo, los datos permiten reflejar de manera clara la violencia que se vive en las escuelas.
Hernández señaló que este fenómeno no sólo afecta el ambiente de aprendizaje, sino que puede generar consecuencias a largo plazo en la salud mental, rendimiento académico e integración social de los estudiantes.
“Hoy le damos visibilidad al tema de la seguridad en las escuelas no por la coyuntura reciente, sino porque los protocolos han perdido efectividad, y las consecuencias de esto se están manifestando hoy en día”, señaló la legisladora al enfatizar la necesidad de impedir que esta violencia se siga manifestando.
En un acto de responsabilidad y sensibilidad hacia esta problemática, se emitió un exhorto urgente para que se implementen medidas eficaces destinadas a prevenir, detectar y contrarrestar estos actos de violencia en el entorno escolar.
El objetivo primordial es garantizar un ambiente seguro y propicio para el desarrollo integral de los estudiantes, protegiendo su bienestar físico, emocional y psicológico. En este sentido, se hace hincapié en la importancia de una respuesta inmediata y coordinada por parte de las autoridades educativas, en colaboración estrecha con la sociedad civil y otros actores relevantes.