Recordaba la época en que existían hasta cinco librerías en una sola calle del Centro Histórico de Saltillo, aunque en la actualidad no queda ni una sola.
El escritor y periodista Jesús R. Cedillo añora la época dorada de las librerías en Saltillo, afirmando que la cultura del libro en la ciudad está a punto de desaparecer.
Este fenómeno, que ocurre a nivel mundial, ha llevado a que pocas librerías logren sobrevivir, mientras otras enfrentan graves problemas de distribución de libros.
"Estamos viviendo un momento muy difícil en cuanto a las librerías. Incluso las bibliotecas ya no están ubicadas en lugares accesibles para todos los ciudadanos. Casi no quedan bibliotecas públicas en funcionamiento, y eso es una gran lamentación para nosotros, como seres humanos", afirmó Cedillo.
El autor relató que a finales de la década de 1980 comenzó a trabajar en Librerías de Cristal, una cadena nacional que llegó a tener tres sucursales en Monterrey.
Cabe destacar que durante toda su vida ha estado involucrado en la compra y venta de libros, llegando a ser jefe de dicha librería ubicada en la calle Ignacio Zaragoza, en el Centro Histórico de Saltillo.
En esa vía, se concentraron diversos negocios dedicados a la venta de libros, al punto de ser conocida como "la calle de las librerías" en la capital coahuilense.
"En la década de 1990, teníamos la Librería Martínez, Librería Selectiva, Librería Zaragoza y la Librería de Cristal. A poca distancia, continuando por la calle Zaragoza hasta llegar a Pérez Treviño, en la esquina se encontraba la Librería Universitaria de la Universidad Autónoma de Coahuila", recordó Cedillo, refiriéndose a la época dorada de las librerías en Saltillo.
En esa misma calle, el historiador Pablo Cuéllar señaló que se encontraba "la primera librería importante que existió en Saltillo" en su libro "Historia de la ciudad de Saltillo". Esta librería fue fundada en 1903 por Isidro Fornés. Aunque el edificio sigue en pie, se encuentra vacío y en venta.
A pocos metros, en las instalaciones actuales de la Academia Interamericana de Derechos Humanos, solía haber una librería a cargo del Instituto Coahuilense de Cultura (Icocult), pero desapareció y aún no se ha instalado nada en su lugar.
Cedillo lamenta que, a pesar de que la ciudad cuenta con más habitantes en la actualidad, hay menos opciones de librerías, algo que considera una "regresión humana".
Para el escritor, el avance de la tecnología y el fácil acceso a la información mediante los llamados "teléfonos inteligentes" están contribuyendo a la pérdida de la cultura del libro.
Como ejemplo, mencionó la ciudad de Monterrey, donde también trabajó en el campo de las librerías y donde solía haber más de 30, pero ahora solo quedan 4.
También recordó la época en que los grandes supermercados solían tener secciones extensas de libros en sus tiendas, una práctica que se ha ido perdiendo con el paso de los años.
Cedillo recordó que en tono casi agresivo, un reportero le preguntó a Octavio Paz, premio Nobel de Literatura: "Maestro, ¿para qué diablos sirven los libros?". Cedillo utilizó la respuesta de Paz para expresar su preocupación por la desaparición de las librerías.
"Los libros son importantes y fundamentales porque nos otorgan el privilegio y la capacidad de promover el amor, es decir, nos brindan la capacidad de amar". Qué hermosa definición de un libro. Nos hace humanos y nos aleja naturalmente de la primitividad y la ignorancia", dijo el escritor.