La historia es contada por Elizabeth Valdez y Jorge Luis Moreno, quienes encarnan a un par de novios que están cruzando una complicada situación
Esta es la historia de muchas parejas sentimentales: puede haber amor genuino, pero debido a la inmadurez de alguno de sus integrantes, se deben tomar decisiones radicales.
“El amor puede estar, pero ya no hay para más. Una mujer cuando termina una relación, es porque ya tuvo un duelo dentro de ella y está convencida de que ya no quiere estar en eso”, reflexiona Elizabeth Valdez.
A la actriz de "Corazón indomable", junto con Jorge Luis Moreno, colaborador en "El estudiante", le toca interpretar a un par de novios que están cursando una situación complicada y ven, en el uso del LSD, una posibilidad de resolver todo.
"Mundos cósmicos", que llega a cines este fin de semana, es la nueva película de Sergio Tovar Velarde, realizador que tocó el tema de la autoaceptación en "Cuatro lunas" y del suicidio juvenil en "Aurora boreal".
Ahora el uso del LSD una noche, en un parque público por parte de los protagonistas, es el mero pretexto para abordar el tema de las relaciones y cómo se van construyendo y desmoronando.
“Es presentar al espectador a la pareja en el momento actual, con determinada dinámica y no entender por qué se comportan de esa manera; pero con los flashback se va uniendo el rompecabezas. Si hay un amor genuino, pero dificultades logísticas sobre todo por él, para asumirse como un adulto”, comenta Tovar Velarde.
Moreno, quien encarna al treintañero que ni trabaja o estudia, explica al personaje.
“No creo que sea por mediocre o porque no quiere, simplemente tiene carencias y falta de una figura paterna que lo llevan a tener un síndrome, está en búsqueda de una sobreprotección y con miedo al mundo externo”, apunta el histrión.
La cinta ha tardado siete años en llegar a salas comerciales, la mitad de ellos atorada prácticamente por la pandemia de Covid 19 y la falta de recursos para su terminación, al ser una película de corte independiente.
Y eso, a pesar de que era una historia con ángel, pues a mediados de 2016 comenzó a escribirse y se tuvo el guión, para luego ser rodada en septiembre de ese mismo año.
Pero la postproducción tuvo un signo de interrogación, pues se querían efectos psicodélicos para mostrar la visión de los protagonistas y nada de lo presentado convencía al cineasta.
Con el autoaislamiento impulsado por el coronavirus, llegó un momento en que por dos semanas Tovar Velarde se reunió con el equipo creativo, incluyendo un artista plástico y un animador digital, para ver la solución.
“Hubo momentos en que quise tirar la toalla, pero siempre encontré la forma de volver a la película y decirle que un día la íbamos a sacar. Ahora que la veo, no puedo creer que un día dudé de ella”, relata el director.