A lo largo de las últimas cuatro temporadas, el éxito de Los Angeles Chargers ha dependido casi exclusivamente del brazo derecho del quarterback Justin Herbert.
En muchas ocasiones, esa estrategia ha sido efectiva.
En la Semana 3 de la temporada del 2023, por ejemplo, tiró el ovoide 47 veces para 405 yardas y tres touchdowns, al tiempo que los Chargers escaparon con un triunfo de cuatro puntos sobre los Minnesota Vikings. Ante los Chicago Bears en la Semana 8, lanzó el ovoide 40 veces para tres touchdowns y 298 yardas en una victoria por 30-13.
Luego, hubo encuentros donde la estrategia de recargarse sobre Herbert no fue tan efectiva, incluso cuando logra esas estadísticas. Ante los Detroit Lions en la Semana 10, tiró en 40 oportunidades para 323 yardas y cuatro touchdowns, pero los Chargers cayeron por 38-31. Los 39.1 intentos de pase por partido para Herbert son el mayor promedio en la historia de la NFL.
Al final, este estilo de ofensiva --una que ha dependido de los pases, e ignorado o tratado de contar con un juego terrestre, pero fracasado-- ha tenido a los Chargers atorados en la mediocridad.
El head coach Jim Harbaugh y su grupo de asistentes planean cambiar esa tendencia rápidamente, con un ataque cuyos estelares están en la línea ofensiva. Ellos planean recargarse en sus corredores para mantener confundidas a las defensivas, y facilitar la vida de Herbert. Es la única clase de ofensiva que el coordinador ofensivo de los Chargers, Greg Roman, ha operado. Esa ofensiva le ganó al quarterback de los Baltimore Ravens, Lamar Jackson, un premio unánime como Jugador Más Valioso en la campaña del 2019, y condujo a Harbaugh y los San Francisco 49ers a tres Juegos de Campeonato de la NFC cuando fungió como head coach, del 2011 al 2014.
"No todos necesitan funcionar como Peyton Manning lo hizo para ganar partidos", expuso el coordinador de juego terrestre y coach de alas cerradas, Andy Bischoff. Los 9,380 intentos de pases de Manning son la cuarta mayor cantidad en la historia de la NFL.
En lugar de eso, Bischoff, quien dirigió junto a Roman en Baltimore, señaló que los Chargers buscarán una "ofensiva balanceada que saque las mayores fortalezas de todos en la unidad".
Para conseguir la ofensiva balanceada que imagina Bischoff, los jugadores más importantes están en la línea ofensiva.
"Esta ofensiva --y este complejo-- es un espacio centrado en línea ofensiva", manifestó Bischoff. "Cuando se trata de la fortaleza de nuestro programa, se construye alrededor de nuestra línea ofensiva. Todos los demás de alinean. Algunas personas no valoran a los linieros ofensivos. Nosotros sí.
"Se trata de un lugar donde los linieros ofensivos van a querer venir a jugar ... Vamos a desarrollar a estos chicos y hacerles sentir grandiosos acerca de lo que hacen y lo que tienen por ofrecer, y no hacerlos a un lado y convertirlos en algo secundario. Ellos están a la vanguardia de nuestros pensamientos".
Esa mentalidad ha atraído a jugadores con las cualidades que Bischoff busca en linieros ofensivos --fuertes, físicos y dispuestos a golpear-- a los Chargers. Es el motivo por el que el corredor Gus Edwards, y los alas cerradas Hayden Hurst y Will Dissly firmaron con L.A. y mencionaron la palabra "físico" en una cantidad innumerable de ocasiones durante sus conferencias de prensa de presentación.
"Los chicos que hemos estado trayendo recientemente, es lo que todos tienen en común", notó Edwards de la mentalidad física de los más recientes fichajes de los Chargers.
Edwards impuso marca personal con 13 touchdowns anotados para los Ravens la temporada pasada, a menudo gracias a que atropellaba a los defensivos cuando los Ravens se internaban en zona roja. Jugó bajo Roman por cuatro temporadas en Baltimore, y la oportunidad de ser un corredor "cuesta abajo" detrás de una línea ofensiva dominante es lo que le atrajo a L.A.
"Amo este esquema, el modo en que [Roman] cambia todo", declaró Edwards, "Y es simplemente toda la mentalidad --el aspecto físico-- que realmente me gusta".
El modo en que los coaches de los entrenadores de los Chargers han charlado acerca de su ofensiva desde que Harbaugh se convirtió en head coach, a menudo deja la impresión de que su quarterback de 260 millones de dólares ha quedado algo olvidado. Pero, eso es sobre todo porque los coaches saben que tienen a uno de los mejores en la liga, en la posición.
Roman, Harbaugh y Bischoff están ansiosos por imaginar cómo evolucionará Herbert cuando las defensivas deban planear para un ataque terrestre dominante, algo con lo que jamás ha contado.
Con todo y eso, la ofensiva aérea de los Chargers es probablemente el mayor misterio del equipo. L.A. perdió al ala cerrada Gerald Everett, corredor Austin Ekeler, y receptores Keenan Allen y Mike Williams. Esos cuatro jugadores se combinaron para el 57 por ciento de los pases completos de Herbert, yardas por pase, y pases de touchdown.
El club contrató al coordinador de juego aéreo Marcus Brady, quien dirigió con los Philadelphia Eagles la temporada pasada como asistente ofensivo senior, su guía en el juego aéreo. Pero, los Chargers cuentan con solo cuatro receptores abiertos en plantilla: Quentin Johnston, Joshua Palmer, Derius Davis y Simi Fehoko. Ninguno de esos receptores tiene una campaña de 1,000 yardas en recepciones en sus carreras.
Brady admitió no estar seguro de cómo operará la ofensiva aérea de los Chargers, todavía. Espera que el equipo tenga una mejor idea, al tiempo que completa su grupo de receptores después del draft y el resto del resto del receso de temporada.
"Ahora, solo se trata de aprender la terminología y aprender a comunicarse con los demás acerca de las jugadas", comentó Brady. "Estamos metiéndonos más y más en nuestra identidad y en quién vamos a ser conforme seguimos creciendo".