El padre aclaró que no importa qué tan grande sea el pecado, lo importante es estar arrepentido
Decenas de feligreses asistieron a la misa dominical en la capilla Santo Cristo de Monclova con el objetivo de escuchar al padre Juan Francisco González, quien expuso que, al anochecer del día de la resurrección de Jesús, estando cerradas las puertas de la casa de los discípulos, se presentó el hijo de Dios frente a ellos y les dijo “la paz esté con ustedes” después les mostró las manos y el costado “como el padre me ha enviado, así también los envió yo, reciban al espíritu santo”.
En el segundo Domingo de Pascua o el domingo de la divina misericordia, el padre aclaró que no importa qué tan grande sea el pecado, pues si se está arrepentido, Dios está dispuesto a perdonar, para eso Jesús murió y resucitó, para devolver esa vida con abundancia.
Paz. La fiesta de la divina misericordia se festeja por razones importantes, una de ellas es la aparición de Jesús con sus discípulos, presentándose como el príncipe de la paz.
Aclaró que hay ocasiones en que las personas van a la eucaristía cansados, desanimados o tristes por la vida tan monótona, en donde se presentan muchas situaciones negativas, pero al llegar a misa y el único deseo es poder recibir la paz del señor que solo cristo puede brindar en los corazones, pero que solo se pronunciará si las personas son capaces de tener este encuentro
Confesión. “Hoy somos testigos de cómo el señor en su infinita misericordia, instituye al sacramento del perdón, de la reconciliación y la confesión, que basta con tener un pecado para acercarse a la fuente de la salvación, pues es cierto que la iglesia pide la confesión una vez al año por lo menos, pero es importante no dejar tanto tiempo sin confesarse, en la fuente de la misericordia no habrá condenaciones, no se juzgará y se perdonará” destacó el padre.