Estos son algunos consejos útiles para distinguir entre ambos comportamientos
Al recibir un nuevo compañero canino en nuestro hogar, es común preguntarse por qué algunos perros que viven juntos terminan en peleas. Si bien hay miles de respuestas, la correcta va más allá de la territorialidad y se relaciona con la rutina, la sociabilidad y el ambiente del hogar. En esta nota, bajo la experiencia de Eduarda Piamore, Técnica en psicología, educación y adiestramiento canino y felino, te explicamos las principales razones y cómo prevenir conflictos.
¿Por qué se pelean los perros que viven juntos?
- Los perros pueden sentir la necesidad de proteger su territorio y recursos valiosos, lo que puede desencadenar peleas por la posesión de juguetes, comida o atención humana.
- Algunos perros tienen predisposición genética a la agresividad hacia otros perros, lo que puede influir en sus interacciones en el hogar.
- Una socialización deficiente durante la infancia puede dificultar la interacción positiva con otros perros y conducir a conflictos por miedo o inseguridad.
- La introducción abrupta de un nuevo perro en el hogar sin una presentación adecuada puede generar desconfianza y peleas entre los animales.
- La escasez de recursos y el bajo enriquecimiento ambiental pueden aumentar el estrés y el aburrimiento, predisponiendo a los perros a pelear por la posesión de estos recursos.
Deferencias entre la pelea y el juego
Es importante diferenciar estás dos acciones de nuestros perros para intervenir de manera adecuada. Las principales señales de juego incluyen posturas relajadas, ladridos agudos y movimientos suaves, mientras que las peleas se caracterizan por posturas rígidas, gruñidos amenazantes y contacto físico agresivo. Siempre al percibir estos gestos en nuestros amigos peludos es recomendable mantener la calma y separar a los perros de manera segura. Además, se pueden seguir estos pasos para prevenir futuros conflictos:
- Desviar la atención: Distrae a los perros con juguetes o golosinas para interrumpir la pelea.
- Paseos conjuntos: Fomenta la interacción positiva mediante paseos regulares en un entorno neutral.
- Mantenerlos separados: Si las peleas son frecuentes, considera mantener a los perros separados temporalmente para permitir una reintroducción adecuada.
- Instalar una valla: Utiliza una barrera física para separar a los perros mientras se acostumbran el uno al otro.
- Buscar ayuda profesional: Consulta a un etólogo canino si las peleas persisten para identificar la causa subyacente y establecer un plan de manejo adecuado.
Al observar estos signos y comportamientos, los dueños de perros pueden tener una mejor comprensión de si sus mascotas están jugando de manera segura o si están involucradas en una pelea seria. Es importante intervenir si se detectan signos de pelea para evitar lesiones. Además, la socialización temprana y el entrenamiento adecuado pueden ayudar a los perros a aprender a jugar de manera segura y respetuosa con otros.