Oficialmente, arrancaron las campañas en los municipios de Coahuila para los comicios de este 2024.
En este contexto político actual, tanto en México como en Coahuila, las elecciones son momentos cruciales que demandan una cuidadosa reflexión por parte del electorado.
Expertos internacionales, como Carolina Vásquez Araya, Antonio de Jesús Correa u Omar Camilo Muñoz Rodríguez, coinciden en que la elección de un buen gobernante no puede limitarse a simples discursos o campañas de mercadotecnia, sino que debe basarse en criterios sólidos y objetivos que garanticen la idoneidad de quien asumirá un cargo.
Así, uno de los aspectos primordiales a considerar es la ética y la capacidad de gestión del candidato.
Un gobernante debe ser una persona íntegra, transparente y capaz de ejercer su función con eficiencia y eficacia.
La experiencia en la gestión gubernamental también es fundamental, así como la formación académica y las habilidades para administrar.
Es esencial examinar el historial político del candidato, su trayectoria y los resultados obtenidos en cargos anteriores, lo cual proporciona un indicio de su fiabilidad y compromiso con la ciudadanía.
El estilo de vida y el entorno social del candidato también son aspectos relevantes.
Conocer su filosofía de vida, sus valores y creencias puede brindar una idea más clara de su ideología y línea de gobierno.
Asimismo, observar su entorno mediático y las relaciones con diferentes sectores de la sociedad permite evaluar su grado de cercanía y autenticidad.
Otro punto crucial es analizar detenidamente la plataforma política del candidato, asegurándose de que sus propuestas sean viables y originales, y no simples copias de otras.
Es importante que las propuestas se traduzcan en acciones concretas que beneficien a la sociedad en su conjunto.
Y en este proceso de selección, el sufragio debe ser un acto consciente y responsable, basado en información objetiva y un análisis reflexivo.
De esta forma, es fundamental evitar la coacción o el soborno, y entender que el voto es una declaración de confianza y compromiso con el futuro de cualquier sociedad.
Después de todo, la responsabilidad política y administrativa del Estado también es de los ciudadanos.
¿O usted qué opina?