Sin piedad ni remordimiento es como Jesucristo fue crucificado por el pueblo pecador y con arrepentimiento los monclovenses marcharon con la cabeza agachada presenciando tal acto de crueldad en medio de llanto, tortura y sufrimiento del hijo de Dios quien murió con tal de salvarlos de sus propios pecados. De esta manera se vivió en la región el viacrucis 2024, organizado por la parroquia Santuario de Guadalupe.
Sin piedad ni remordimiento es como Jesucristo fue crucificado por el pueblo pecador y con arrepentimiento los monclovenses marcharon con la cabeza agachada presenciando tal acto de crueldad en medio de llanto, tortura y sufrimiento del hijo de Dios quien murió con tal de salvarlos de sus propios pecados. De esta manera se vivió en la región el viacrucis 2024, organizado por la parroquia Santuario de Guadalupe.
Jesús pierde
el aliento
Con su cuerpo lleno de
llagas y sangre que desbordaba de su rostro por la corona de espinas, el Señor cae al suelo y levanta el polvo del desaliento, sabe que la muerte lo espera y ya nada puede hacer para
impedirlo más que cumplir con la encomienda de su padre.
Padre, en tus
manos encomiendo mi espíritu
Fueron las palabras que Jesús dijo antes de morir al estar clavado en una cruz, pues estaba confiado en que sería recibido por su padre y aquel dolor tan grande que vivió pronto quedaría sanado con Dios Padre quien lo acogería en sus propios brazos luego de tal sacrificio donde vivió en carne propia la maldad del hombre.