'Haz lo que te llene de vida; no trabajes por rutina'.
La mayoría de los jóvenes que están por graduarse de las escuelas de bachilleres tienen la idea de estudiar lo convencional, como puede ser una ingeniería o licenciatura, pero José De La Huerta fue más allá y decidió salir de la rutina para ingresar a la carrera de gastronomía, donde ha contado con una amplia trayectoria llena de éxito.
¿De dónde nace el gusto por cocinar?
"Fíjate que estudiar la carrera de chef no fue mi primera opción. Yo estaba interesado en ingresar a una ingeniería, ya que en la ciudad es lo que más ofrecen las universidades: carreras que tienen que ver con las ingenierías o bien la contabilidad o administración. Nunca me pasó por la mente estudiar gastronomía, pero a raíz de un programa televisivo en el que participaban chefs, que prácticamente se puso de moda con los concursos de chefs y los parrilleros mostrando su vida y lo que hacen, me llamó la atención. Además, mi hermana me impulsó a dedicarme a esto cuando le comenté que quería dedicarme a la carrera de gastronomía. Ella es licenciada en diseño de modas y gráfico, y tiene esa chispa de creatividad en diseño. Me dijo: 'No te tienes que ir por algo rutinario. Si te gusta, adelante'. Nuestros padres siempre nos criaron para lo más rutinario, y tú traes la experiencia de que en la secundaria te desenvuelves en áreas como la mecánica y en la prepa, en la electricidad, y crees que es por ese rubro. Pero la verdad es que al estudiar esta carrera le demuestras a la sociedad que existen otras opciones. Se sabe de antemano que se requieren médicos, enfermeras, abogados, administradores, pero también tenemos que comer, y qué mejor que comer algo rico".
¿Desde niño o joven te gustaba cocinar?
"Sí, desde que era muy pequeño me introducía en la cocina sin saber que me dedicaría a esta carrera. Me gustaba experimentar, mezclar sabores medio raros para saber qué podría saber, y además vas aprendiendo de historia. Una de las áreas que me gusta es la historia, y en la carrera vas conociendo la historia de otros países al conocer las comidas que son típicas y muy demandadas en el mundo. Como es el caso de la gastronomía mexicana, que es una parte cultural que nos muestra en el mundo lo que somos capaces de hacer y nos distingue. Muchas personas, cuando llegan al país, demandan un buen plato típico. Esta carrera te deja muchas satisfacciones. En mi caso, ver la sonrisa de las personas al preparar un alimento te deja una gran satisfacción. En la escuela te ayuda a conocer diversos secretos, como los tiempos de cocción, las temperaturas, cuando se queman las cosas. Una de las cosas principales que les digo a mis alumnos es que la cocina no es solo tomar el sartén por el mango, como se dice. Hay que saber cómo utilizarlo. Cualquiera puede cocinar, pero se requiere un esfuerzo extra para que las cosas salgan lo mejor posible".
¿Dónde desempeñas el arte culinario?
"Cuando era estudiante, me dedicaba a trabajar en banquetes, y es a lo que me sigo dedicando, principalmente los fines de semana. Preparamos junto a mi equipo de trabajo comida para hasta 800 personas. Eso es más sencillo que elaborar repostería clásica francesa, donde no te puedes exceder ni un solo gramo, ya que pierde el sabor. La química detrás de la repostería es algo increíble, por lo cual es un área complicada en la que se requiere utilizar cada paso de la receta al pie de la letra".
¿Es remunerativa la carrera?
"La verdad es que sí, como cualquier otra.
Pero una cosa que menciono es la dedicación que cada persona le inyecte al trabajo que realiza. Es decir, si trabajas en un restaurante o banquete y aplicas todos tus conocimientos, tú mismo puedes establecer tu propio sueldo. Además, me dedico a la docencia. En estos momentos, me encuentro como coordinador de la carrera en una universidad de la localidad".