El 2 de octubre, después de una larga búsqueda, Nora finalmente encontró a Fernanda.
Nora, una madre sonorense, ha vivido una odisea desgarradora en busca de su hija desaparecida, Fernanda. La historia de Nora es la de una mujer valiente y decidida que, ante la indiferencia de las autoridades, decidió abandonar su vida normal para dedicarse por completo a la búsqueda de su hija. Al principio, Nora comenzó esta dolorosa travesía sola, pero con el paso del tiempo, se unió a grupos de buscadoras de familias desaparecidas y contó con el apoyo incondicional de sus amigas.
Durante dos años, Nora enfrentó innumerables obstáculos y desafíos. Se cansó, lloró, gritó y enfermó, pero una y otra vez se levantó y siguió adelante, impulsada por una fuerza poderosa: la promesa que le hizo a su hija de no descansar hasta encontrarla.
A pesar del dolor y la incertidumbre, su corazón le decía que Fernanda estaba viva, y eso la motivó a redoblar sus esfuerzos. El 2 de octubre, después de una larga búsqueda, Nora finalmente encontró a Fernanda. Sin embargo, el encuentro fue desgarrador: Fernanda yacía en una tumba clandestina.
De rodillas en el suelo, Nora limpió cada centímetro de tierra hasta dar con los restos de su hija. Con amor y dolor, tomó cada hueso y lloró de alegría, de rabia y de impotencia. Fernanda ya no vagará sin rumbo. Gracias al incansable esfuerzo de su madre, finalmente podrá descansar en paz. Para Nora, este hallazgo representa el de la búsqueda.