El Gobierno de EU argumentó que "el enfoque de México hacia la biotecnología no se basa en la ciencia y va en contra de décadas de pruebas que demuestran su seguridad".
Organizaciones civiles de México y Estados Unidos defendieron ante el panel de resolución de disputas creado en el marco del T-MEC, a petición de la Representación Comercial de EU (USTR, por sus siglas en inglés), el veto impuesto por el Gobierno federal al uso de maíz transgénico para consumo humano.
Al solicitar la instalación del panel, en agosto de 2023, el Gobierno de EU argumentó que "el enfoque de México hacia la biotecnología no se basa en la ciencia y va en contra de décadas de pruebas que demuestran su seguridad".
En su respuesta oficial, presentada el pasado 5 de marzo, el Gobierno de México señaló que "lejos de existir un consenso sobre la inocuidad de los transgénicos, la evidencia científica apunta a diversos efectos negativos en la salud, en los maíces nativos y en el medio ambiente".
En un hecho sin precedentes, 10 organizaciones civiles solicitaron presentar su opinión frente al panel y ocho fueron aceptadas (cinco de México y tres de EU).
Sus argumentos fueron expuestos el pasado viernes.
En rueda de prensa realizada ayer en el Complejo Cultural de Los Pinos, Leticia López Zepeda, directora ejecutiva de la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo (ANEC) e integrante de la campaña Sin Maíz No hay País, indicó que al presentar su opinión, las organizaciones mexicanas advirtieron que no existen estudios del riesgo específico que representa el grano transgénico para México.